viernes, 17 de abril de 2009

Salieron los panqueques

Estaban en el horno cocinándose, pero ya han salido. Estos son los últimos, los más calientitos y recién salidos del horno:

Delhi

Tuz

Ainítu fáinmi

Pero el pastel principal es este:

Los Libros de Rosa Miriam.

Los tan famosos libros dentro de mi mente, fueron la causa principal y lo que hizo que se aplasara todo. Este blog parecía olvidado y muerto, como que ya nadie posteaba ni leía, pero no, yo todavía entraba, solo que la mayoría de las veces fue para continuar esos libros, otras pocas para hornear panecitos que no les tocaba salir (los de arriba, por ejemplo) y otras para editar algún error o publicar las entradas que aparecieron a finales del 2006, 2007, 2008 y no sé si puse algo del 2009, no me acuerdo y no voy a mirar.

Bueno, ya está todo publicado y el blog está actualizado con lo que escribí hace tiempo. Y es que no solo es un blog, es como la historia de mi vida, así que aunque nadie lea esto debe quedar actualizado para que cuando el planeta se extinga y vengan extraterrestres y encuentren los discos de Google y encuentren cómo decifrar su información, sepan bien qué fue de mí ^.^

Quedan un par de entraditas todavía que se siguen horneando, una es el lenguaje vaca, que está prácticamente listo pero me falta solucionar UN detalle, una palabra que no cubre más de 5 letras pero como no sé cuál es, pues ¡no saleee! =P

El otro no creo que vaya a aparecer en este blog, quizá aparezca en un fragmento de otra historia, pero será hasta mucho después, no se quiebren la cabeza pensando en el misterio, solo es que tengo otros planes para ese post: era algo que se me ocurrió, pensé que sería bueno para añadirlo a una historia, pero como todavía no llega ese momento de la historia, lo tengo en secreto en mi horno.

En teoría ya puedo seguir blogueando normal, ya me he quitado una cadena menos en mi humanidad, pero en la práctica no conozco mi ritmo de blogueo. Escribo cuando puedo y quiero y no tengo lapsos para ello. Quizá me vean aquí mañana o quizá no aparezca en unos 6 meses jojoooo.

Bueno no la alargo más, xáw.

Los Libros de Rosa Miriam

Los libros han sido escritos y terminados ya, hoy este capítulo de mi vida se cierra por completo, quedando archivado en el expediente de la memoria, a la merced del tiempo. Una cadena menos.

Esta historia no pretende ser la mejor ni la más dramática, solo es un relato personal que he decidido compartir, y el cuál comenzó como un canto de victoria antes de tiempo y terminó como mi manera de desahogarme de aquella larga cadena de sucesos que en algo cambiaron mi vida y mi manera de ser y de pensar.

Mi historia es la de un enamorado más que entró al campo de batalla y, como todo otro enamorado, tuvo sus momentos de engrandecedora victoria y de abismal sufrimiento.


Las fechas que aparecen en las publicaciones no son las fechas en que fueron escritos los textos (salvo con los capítulos iniciales, ellos fueron escritos con una pluma bañada en ansiedad), dentro de la misma historia muchas veces puse la fecha verdadera en que me hallaba redactando.


El orden en que se deberían leer los Libros de Rosa Miriam es este:

Rosa.txt - La bomba revienta. Es un texto que escribo a la mañana siguiente de haber terminado. Uhmm, lo que recuerdo es que fue un sábado en la mañana (8 o 9 am) cuando me levanté a escribirlo y terminé como a las 2 de la tarde. Francamente no recuerdo que fuera un viernes cuando acabamos pero si eso dicen mis letras de aquellos tiempos debe ser porque es verdad.

Rosa - Mail.txt Texto escrito el miércoles siguiente. Creo que este par de archivos aún los tengo en mi ordenador.

Fridda - Un encuentro.

Rosa Miriam (primera parte) - Había pasado un poco de tiempo y creí haber superado todo, de modo que quise compartir aquellos momentos con una entrada en este blog.

Rosa Miriam (segunda parte) - No pude terminar la primera parte, era demasiado contenido y no me dieron las letras, había mucho que explicar y quise terminarlo aquí.

A un año de aquellos momentos y de aquel estupendo primer beso con Miriam - Una conmemoración que hice ese día, y quise escribir acá.

Hasta ahora no tenía pensado nada de hacer alguna saga o crónica y análisis de esa parte de mi vida, únicamente quise compartirlo y desahogarme, pero las cosas se fueron poniendo cada vez más entreversadas y noté que había mucho más que contar y aclarar de lo que yo pensaba; estaba reviviendo muchos recuerdos y amenudo terminaba llorando, pues revivir recuerdos fue traerlos a la realidad nuevamente, pero con otro grado de conciencia y pensamientos de lo que debí haber hecho y lo que pudo haber sido. Apartir de aquí supe que la historia se iba a prolongar.

En la tercera parte de mi post inicial tuve la pequeña esperanza de terminar la cosas, al hacer más partes y ver que mi mente seguía aflorando cristales de recuerdo extendí más esa tercera parte, subdividiéndola.

Rosa Miriam (tercera parte) (primera parte)

Rosa Miriam (tercera parte) (segunda parte)

Rosa Miriam (tercera parte) (tercera parte)

Rosa Miriam (tercera parte) (cuarta parte) - Esta nunca me la esperé, hasta el momento en que tuve que hacerla.

Rosa Miriam (cuarta parte)

Retroexperiencia - Un evento que ocurrió cuando me encontraba concursando en Torreón y me puse a escribirlo a la noche.

Rosa Miriam (quinta parte)

Hubo otro después de mí - Un sueño con algo de realidad que tuve una madrugada.

El Cababozo - Opcional. Una reflexión que un día tuve y que en cierta parte y en algunos párrafos, relacioné con mi historia.

Rosa Miriam (sexta parte) - Lo escribí hace unos días y es el final del cuento =)


Creo que he puesto en orden los links, pero si noto algún error editaré las partes correspondientes. No me pondré a revisar la ortografía, redacción ni la coherencia del hilo, eso se me podrá notificar en los comentarios al final de cada una de las entradas (si es que alguien algún día lee esta historia y publica algún comentario). Es demasiado largo todo esto y más largo para mí sería volver a leerlo otra vez. Lo iré haciendo, pero será solo para recordarlo y lo decidirá el tiempo.

Estos libros hablan de ella, y esta historia está dedicada a ella, a Rosa Miriam, la chica de la que alguna vez me enamoré y que jamás olvidaré. Rosa Miriam: gracias por existir.

domingo, 12 de abril de 2009

Rosa Miriam (sexta parte)

Hoy y ahora mi reloj marca las 8:51 pm, es de noche y es también domingo 12 de abril del 2009.

Han pasado ya 3 años desde que todo ocurrió, y si dicen que en un año pueden ocurrir varias cosas, en 3 años ocurren todavía más.

He sido algo egoísta al hablar sólo de mi sufrimiento, y es que me he olvidado de los buenos momentos que pasamos, porque los hubo, y muchos: ese es la fuente de luz de este oscuro reflejo, pero hay que recordar que este pergamino de lágrimas se convirtió en mi fiel oyente durante tanto tiempo, y será la marca de mi pasado cuando estos recuerdos se vayan alejando de mi memoria; cada que me sentía melancólico por esto venía aquí, y es que mientras algunos liberan sus penas platicándolas, otros lo hacemos mejor escribiendo (sin que por ello se deba elegir una u otra opción).


Pensaba escribir mi historia en un solo post, pero las cosas de alargaron TANTO que hube de crear una segunda parte (de hecho comencé el post alegre y con la intención de mostrar mi victoria pero los recuerdos terminaron el lágrimas), cuando estuve escribiendo la segunda parte las cosas se volvieron a prolongar y planeé una tercera parte en donde terminaría todo. La cuarta parte se trata de una conmemoración a un año de mi comienzo. Francamente no sabía si habría una quinta parte.

Saben, a la larga uno de cansa de estar sufriendo ;-)


Durante la redacción de la cuarta parte de la tercera parte estuve apunto de tirar la toalla en lo que confiere a relatar esta viacrucis que de cierta forma yo organicé, así que, por la mitad del relato, bruscamente detuve las pocas letras que había logrado traer para escribir esto:

¿Saben? Les voy a confesar algo. Ya tiene más de un año que esto ocurrió.
La fecha que ven en esta publicación es 16 de mayo del 2007 - 05:18 PM Fue la fecha en que comencé a escribir este post pero como ven es muy largo y no lo terminé.

El tiempo se lleva las emociones, justo en este instante es sábado 21 de julio del 2007 - 02:05 AM
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Ya no siento nada por Rosa, el amor, el dolor, la desdicha y todos los demás sentimientos forman parte de mi pasado. En estos últimos días he estado descargando películas, practicando programación en C, Visual Basic y Java. Inicialmente el post lo dejé muy corto, con menos de 3 párrafos porque me aburrí de escribir, después seguí con la cuarta parte, pues fue unas horas después que debía escribirse, luego siguió la Retroexperiencia y luego la quinta parte. Todo lo escribo con sentimientos, es por eso que conforme fue pasando el tiempo mi desdén por narrar esto se acrecentó.

Comencé escribiendo los anexos de Rosa.txt y Rosa - Mail.txt y la primera parte porque en aquellos entonces aún me sentía muy dolido, inclusive con la segunda parte que tardé algo más la logré concluir porque mi dolor estaba en sus últimas.

Ahora ya casi no pienso en Rosa, un año me han transformado en otra persona TOTALMENTE distinta.

Sinceramente nunca me gustó ni me gusta ahora la idea de dejar salado un post por no completarlo, no me gusta publicar esto incompleto pero la verdad es que ya pasó demasiado tiempo. Pasaba un día y escribía en unos párrafos una anécdota, cinco días después que sentía un poco de deseo pero más compromiso, hacía otros tres parrafos contando otra anécdota y me volvía a aburrir.

Así hasta que hoy estuve pensando más de lo acostumbrado en ello y resolví seguir escribiendo, he escrito desde que comenzamos en la alberca: "Compramos algunas cosas antes de meternos, luego[...]" hasta estas líneas. Lo de abajo son notas que dejaba para acordarme de lo que iba a hablar luego, porque como la historia es demasiado larga (en su tiempo ocupó el 100% de mí y de mi vida) omitía detalles, así que indicé la trama para escribir las escenas e irlas borrando, pero ya ha pasado demasiado tiempo y no sé cuánto más seguirá esto.


Después de pensarlo varias veces (y después de varios días, o semanas quizá) me dije que no sería bueno, ni justo, dejar esto a medias: lo había comenzado y ahora tendría que terminarlo, o mi obra mediocre estaría presente por el resto de mi vida, así que proseguí.


Pero lo que tengo que decir ahora, en este capítulo de conclusión, es para todos aquellos que alguna vez estuvieron en mi campo de batalla, a toda esa hueste de enamorados que así como tocaron el más alto cielo, así también cayeron en la más baja penumbra, a los que vencieron y a los caídos en batalla.

El Amor es el Amor y hay que vivirlo, sin miedo, ni al pasado, ni a lo que es, ni mucho menos a lo que pueda ocurrir después de ello, el amor es solo para los valientes.

Si eres uno de los tantos que encuentran en la idea de el suicidio un consuelo para sus desgarradoras heridas, has de saber que no estás solo, todo lo contrario: perteneces a uno de los tantos que amamos y que de repente nos hemos visto abrazando la ausencia de aquello que nos hacía no solo vivir, sino sentir el presente como nadie.

Varias, INCONTABLES veces me he visto abatido, débil y llorando mientras imploraba una explicación para ese dolor y sufrimiento que parecían no tener principio, fin o fondo.

Pero todo algún día tiene que pasar, sí, algún día. Nada es para siempre, ni la felicidad ni el sufrimiento, ambos se tienen que ver alternados por su opuesto alguna vez, pero es para recordar y apreciar lo que se posee. La felicidad por sí misma no tendría mérito alguno sin el sufrimiento: se necesita llorar para saber por qué uno fue feliz y para conocer cuánto vale esa felicidad. No se puede esperar felicidad sin sufrimiento, o sufrimiento sin felicidad en su mismo camino, jamás, porque ambas son grados de una misma identidad.

Si yo hubiera tomado un revólver, sintiendo el peso de su frío y funesto metal, y me hubiera apuntado y disparado, eso no habría acabado con mi sufrimiento, lo hubiera pausado eternamente y eso es algo muy distinto; tampoco hubiera alcanzado la felicidad y la satisfacción que ahora tengo, porque ellas llegan algún día. Ahora mismo me siento bien y estoy satisfecho, pero no absuelto de nada: han sido sanadas todas y cada una de mis heridas pero la danza continúa, es un vals en el que cambias de pareja constantemente: en un instante te encuentras bañado en felicidad, viviendo el presente y alegre por haber tenido la dicha de la existencia, y en el siguiente segundo ella suelta tus manos y te atrapa el dolor para efectuar su danza sobre tu corazón, pero ¡hey! es un compañero de baile más y su pieza de baile es algo de lo que no te podrás librar si quieres vivir. Ahora mismo me muevo en una melodía tranquila con la satisfacción, pero volteo a ver y veo a Él, estido de negro y sonriéndome mientras lentamente acerca su baile hacia mí, sonrío y continúo mi vals.

Pude también, en medio de todas esas dudas sin resolver y esa sensación de humo negro tragarme desde dentro, comenzar a ingerir una pastilla calmente o antidepresiva, y luego otra, y luego otra hasta seguir pastilla tras pastilla, revolviéndome entre píldoras y más fármacos pero, de ser así, ¿cómo entonces hubiera hecho para volar unos meses más tarde a la capital de una tierra lejana a hospedarme en un hotel 5 estrellas, con gastos pagados, comida gratis y algunas excursiones a la ciudad?, ¿y los agotadores viajes en bicicleta cruzando por varios paisajes que uno los creería solo de libros y películas, o aquella caminata en subida por las montañas del estado de México, frías y llenas de nieve, donde llegué a caer, gatear y arrastrarme por creer que ya no podía, pero a la mañana siguiente, cuando tocaba la bajada, ir decendiendo entre un bosque de árboles húmedos y verdes y rocas cubiertas por escarcha? Las pastillas me hubieran hecho sentir cada vez más débil y marchito de lo que estaba para terminar extinguiendo mi respiración y matarme, ¡pero comer unas tortas de jamón con carne, tomates y lechuga con Juan y otros amigos después de volver del río no tiene precio!... aunque sí lo tuvo, pero creo que no fueron más de 50 pesos por persona, no recuerdo.

Alguna vez he visualizado a ese chico, quien sin saber que es observado se deja caer sentado en un rincón, lleno de lágrimas, tallándose una mano desde la frente hasta arriba de la cabeza, siendo devorado por la angustia y decidido a dejar suspendido su sufrimiento con un cuchillo pequeño y filoso que habrá agarrado de alguna parte, y que con todo el ardor de su alma se va cortar todo lo que pueda de cuello. Aunque por una parte dejaría de llorar, sufrir y extender su mirada al vacío mientras piensa en lo que alguna vez fue, por otra parte, ¿quién habría invitado a salir a aquella chica o chico que una vez más te habría hecho interrogarte dónde había estado todo este tiempo?

Yo pude haberme suicidado, pero de hacerlo nunca hubiera instalado Linux en mi ordenador para conocerlo, que era algo que quería desde hace muchos años atrás, tampoco hubiera podido aprender Java, PHP, ni hubiera sabido lo emocionante que es viajar en avión por primera vez, o caminar 40 kilómetros entre frías montañas y secos campos, visualizar un negocio próspero, salir a correr por las mañanas o escribir todo esto; quitarme el privilegio de seguir soñando es algo que no me perdonaría ni después de muerto.

Alguna vez profeticé:

Y tú serás sólo un recuerdo.

Cuando sea más grande, voy a abrir aquel viejo armario que nadie conoce y voy a sacar los patines que tenía cuando era niño, voy a sacar las mochilas que llevé a la secundaria, voy a sacar los besos que me di con mis amigas, voy a sacar a Rosa Miriam, la chava a la que entregué el el cofre de mis atesorados sentimientos y que ella agitó y removió, voy a sacar los besos que nos dimos, sacaré y desempolvaré las caricias que me diste y las veces en que te dije "Te quiero tanto"; sacaré mi graduación de sexto de primaria y mi certificado de secundaria. Veré todas aquellas cosas un rato y luego las meteré de nuevo a aquel armario que siempre he tenido.


Y aquí estoy, terminando estos libros cuyo final era algo que mucho tiempo atrás vería con un "algún día", presenciando el cumplimiento de esa profecía cada vez con más lucidez.

La felicidad y el sufrimiento algún día se irán, pues ninguno ha venido para quedarse, todo aquel que haya decidido continuar la batalla lo invito a unirse al lado mío y al que no, a quien esté pensando en colgar la toalla, lo animo a que continúe luchando contra toda corriente: el camino aquí arriba es más reconfortante.

Finalmente, el camino se tiene que seguir, la indulgencia es para el que se arrepiente, y siempre habrá una segunda oportunidad para rozar el cielo con los dedos y alcanzar las estrellas con la mirada.