viernes, 22 de abril de 2011

[Análisis] Testigo de masacre en ADO relata pesadilla

Ayer en la noche estaba en la computadora, pero me aparté para ir a la sala y escuchar una conversación que se estaba dando entre mi madre, mi hermana y su novio; hablaba de una masacre que se había dado en el norte por parte de un cártel. Los hechos fueron tan escalofriantes que decidí buscarlo en Internet, hasta que di con el hecho:




Testigo de masacre en ADO relata pesadilla

El autobús de la línea ADO hacia su parada obligatoria en la ciudad de San Fernando, Tamaulipas con destino a Reynosa. Llegaron a la terminal, bajaron dos personas y subieron cuatro, haciendo un total de 15 pasajeros en el autobús. Salió de la terminal para seguir su ruta, eran las 8 y media de la noche del 25 de marzo del 2011, salieron rápidamente del pequeño pueblo, no querían ser víctimas de los delincuentes que operan en la ciudad, sin embargo, esa noche sería la última que temerían, pues ya los estaban esperando.

Las calles de San Fernando se vacían a las 6 de la tarde. El pequeño poblado queda como pueblo fantasma al caer la noche, nadie sale de sus casas, todos se resguardan por el miedo a Los Zetas. Solo se pueden ver algunas camionetas de lujo circulando por las calles vacías, nadie se quiere topar con ellos.

El autobús iba saliendo de la ciudad, el chofer miró a lo lejos unas camionetas atravesadas a mitad de la calle y unos hombres encapuchados empuñando sus AR-15, en ese instante supo que todo había acabado. Los hombres le marcaron el alto al autobús, el chofer tuvo que detenerse. Los hombres se acercaron al autobús apuntando sus armas y gritando, "Abre la puerta cabrón, muévete hijo de puta si no quieres que te pegue un tiro en la pinche cabeza”, el chofer temblando abrió la puerta del autobús, al instante subieron los hombres armados, uno de ellos le dio un golpe en la cara con su arma al chofer mientras otros dos entraban al área de pasajeros gritando, “Ya se los cargo la chingada a todos putos”, las personas que iban a bordo estaban aterrorizadas, las mujeres lloraban y los niños se abrazaban a sus padres llorando, todos estaban en desconcierto, pensaban que solo era un asalto, pero no era así.

Le ordenaron al chofer siguiera conduciendo, lo llevaron por varios metros de la carretera hasta llegar a una brecha, le indicaron que entrara por ahí, recorrieron 10 kilómetros aproximadamente en la terracería, los más largos en la vida de los pasajeros. Llegaron a una parte muy amplia y sin monte, en medio de la nada, alguna parcela, estaba muy oscuro. Ahí se encontraban 20 camionetas aproximadamente, de lujo, y también 3 autobuses de varias líneas, unos tenían impactos de bala, las llantas ponchadas, los vidrios rotos.

El hombre le indicó al chofer que detuviera la unidad, ahí separaron a hombres y mujeres, les ordenaron a todos los hombres que bajaran de la unidad. Bajaron aproximadamente 8 hombres que iban desde los 15 hasta los 50 años. Los formaron abajo del autobús, y unos hombres se aceraron a ellos y empezaron a clasificarlos, sacaron a los que veían que estaban viejos o débiles, sacaron a dos ancianos y dos que parecían enfermos, los amarraron de pies y manos y los llevaron con un grupo similar. A los que quedaron les ordenaron que se quitaran la camisa y que esperaran ahí.

Todos se dirigían a una de las camionetas estacionadas y gritaban “Háblenle al comandante” ahí se hizo presente ese hombre, que tenia vestimenta de comando en color negro, con chaleco antibalas y fornituras por todos lados, todos se dirigían a el como “Comandante”. El hombre se acercó a los pasajeros que habían bajado del autobús y les dijo con voz enérgica, tipo militar “A ver cabrones, el que quiera vivir que lo diga de una vez”, pero nadie contestó, todos miraban al suelo, ni siquiera podían levantar la mirada por el temor. Un joven como de unos 15 años se orinó de miedo en sus pantalones mientras visiblemente se veía que temblaba fuertemente como si tuviera frío y las lágrimas corrían por sus mejillas. El mentado Comandante sacó su arma corta de la fornitura y sin titubear le pegó un tiro en la frente, el muchacho se desplomó de inmediato, mientras los otros hombres lo veían temblando aun mas de miedo. “Quién más es maricón” preguntó el Comandante. Nadie respondió. “Les preguntaré por última vez, quién puta madres quiere vivir” esta vez lo hizo gritando. Y todos los hombres levantaron la mano. “Bien, se les hará una prueba a ver qué tan chingones son, el que lo logre sobrevivirá, el que no se chingo”, en eso le habló a varios de los hombres que estaban en otras camionetas y les dijo “Traigan los marros” y los hombres trajeron un mazo para cada hombre. “A ver cabrones, la tranza es así, se van a poner en parejas, y se van a partir la madre, el que sobreviva se viene con nosotros a jalar y se salva, el que no, pues se lo cargó la verga” eso dijo en tono sarcástico, mientras sus hombres reían. Los pasajeros quedaron pasmados por la noticia, no podían creer que fuera cierto lo que les ordenaba el individuo que más bien parecía nazi que narco. Todos tomaron su mazo y se pusieron en parejas y veían a su contrincante con una mirada de miedo. “Pártanse su madre”, dijo el Comandante.

Unos de los pasajeros se acercó llorando a él diciéndole, “Por favor señor, yo no quiero hacer esto, le doy todo el dinero que traigo y mi casa pero déjenos ir”, el Comandante lo vio fijamente a los ojos, le quitó el mazo y le dijo, “Está bien pinche maricón, vete” y tan pronto el hombre dio la vuelta le pegó con el mazo en la cabeza con una fuerza brutal, el hombre cayó al suelo bañado en sangre y comandante se puso como loco dándole golpes en la cabeza con el mazo como 20 veces hasta que quedó deshecha totalmente. “Esto es lo que tienen que hacer hijos de puta, usar los huevos, el que no quiera que me diga y yo le parto su madre”, todos los hombres comenzaron a pelear entre si.

El chofer del autobús seguía con el hombre que lo interceptó junto con las mujeres y los niños dentro de la unidad. Ahí subieron varios hombres armados mas y bajaron a las muchachas que les parecían más guapas, mientras les gritaban “Muévete puta”, todas lloraban y gritaban al igual que los niños, uno de ellos dijo, “A ver perras, denme a sus cachorros” y las madres lloraban abrazando a sus hijos, que iban desde recién nacidos hasta los 8 años máximo. Los niños se aferraban a sus madres mientras se los arrebataban los sicarios. Los bajaron a todos y se los llevaron, mientras unos sicarios golpeaban a las mujeres que quedaban en el autobús.

A las jóvenes que bajaron las llevaron a una casucha donde había más mujeres jóvenes, todo estaba oscuro y sucio, y se escuchaban gritos y lamentos, ahí les arrancaron sus ropas y las comenzaron a violar. Dentro de esa casucha había aproximadamente 30 mujeres que estaban siendo violadas, otras más estaban despedazadas en el piso.

A los niños los llevaron a otra parte, en donde había unos tanques con ácido, ahí los aventaban, se oían los gritos de dolor mientras se deshacían. Y los sicarios solo reían a carcajadas, uno de ellos les gritó a los demás, “Ya va a estar el caldo”.

El hombre le ordenó al chofer que encendiera la unidad, y lo dirigió hasta un lugar en donde vio a todos los que había separado del grupo por estar viejos o débiles, estaban tendidos en el piso en una línea amarrada de los pies y de las manos. “Pasa por arriba de ellos” le dijo el sicario al chofer. El conductor lo miró atónito, no podía creer lo que le ordenaba. “Que pases por arriba de ellos o te pongo ahí para que te lleve la chingada a ti también pendejo”, le gritó el sicario al chofer a quien no le quedó más que hacer caso. Mientras conducía podía sentir como si pasara por topes, pero la diferencia es que aquí podía escuchar los gritos de dolor de las personas que estaban abajo. Las mujeres dentro del autobús lloraban sin parar por aquel hecho tan horroroso. Y los sicarios que iban dentro solo reían. Hasta que terminó con la fila de personas, le ordenaron detenerse.

Fue ahí cuando el sicario le pegó un tiro en la sien al chofer y empezó a dispararles a las mujeres abordo. Bajaron y le prendieron fuego al autobús.

El Comandante reunió a todos Los Zetas y les dijo, “Ya estuvo bueno de diversión por esta noche cabrones. Traigan a los ganadores” y trajeron a los que habían matado a su contra con el mazo y les dijo, “Bienvenidos al grupo de Fuerzas Especiales Zeta, el otro ejército”.
Agencias



Al escuchar eso cuando me lo relataban, y aún más al leerlo después, tuve todo tipo de sensaciones: escalofrío, impotencia, mucho coraje, deseos de venganza. Sin embargo, mientas leía con indignación el relato, notaba que algo no andaba bien con esa historia. Había detalles que de alguna manera sacudían mi cabeza, indicándome que algo no cuadraba. Entonces me propuse hacer un análisis para recopilar todos esos errores que sentía latentes pero que necesitaba ver con lupa para convencerme. Estas fueron las "fallas técnicas" que encontré:



Análisis


Anomalía #1 - Eco de la noticia

El relato está publicado solo en algunas páginas de las cuales ninguna es de algún medio serio de noticias.

A pesar de que la historia es demasiado sádica y cruenta, no salió en ningún medio de noticias, ni de televisión ni impreso, el gobierno tampoco ha dado ninguna declaración al respecto, ni la empresa ADO hizo mención alguna sobre el caso. En Google sólo aparece publicada en apenas uno que otro sitio.

Anomalía #2 - “Efecto eco” de la noticia

Es relacionada a la anomalía 1, pero es otro detalle que puede considerarse aparte, y es que la noticia aparece publicada exactamente bajo el mismo formato en los sitios.

Cualquier noticia, no importa si es polémica o poco importante, siempre aparece con variaciones a lo largo de las publicaciones; incluso si es un plagio de un medio informativo a otro, suelen haber sutiles variaciones en cuanto al formato de publicación. Pero lo que vemos aquí es un calco de la noticia.

Anomalía #3 - Fuentes

La única fuente de esta noticia es “un testigo que sobrevivió”, sin embargo, ninguno de los pocos sitios en los que sale la noticia habla algo sobre tal testigo, no se comenta nada de él, ni nombre, ubicación, relación. Ese testigo tampoco encaja en la historia: la mayoría de los pasajeros murió, y los demás, según el relato, están ahora trabajando para los zetas.

Incluso el “testigo” siempre habla en tercera persona, describiendo lo que ocurrió con cada detalle pero por alguna razón nada le pasó a él. No estuvo entre los “gladiadores”, ni entre algún “débil” que fue asignado abajo del autobús y sobrevivió por orillarse un poco y hacerse el muerto, tampoco fue ninguna de las muchachas que se llevaron al cuarto y, por supuesto, no creo que haya sido uno de los muertos. No se describe así mismo dentro de la historia.

Anomalía #4 - Redacción perfecta

La narración de esta historia está desarrollada con un alto nivel de redacción, propio de alguien con algo de habilidad y experiencia escribiendo... desde su escritorio.

Así, si se supone que fue un testigo sobreviviente a un espectáculo tan sádico, deberíamos encontrar cosas como “salí corriendo rumbo al monte cuando se fueron”, “iba llorando y vomitaba por ratos del asco que sentía” o “llegué en la mañana a una villa”, pero en su lugar nos encontramos con unas exquisitas piezas de la literatura tales como:

“no querían ser víctimas de los delincuentes que operan en la ciudad, sin embargo, esa noche sería la última que temerían, pues ya los estaban esperando.”

“el chofer miró a lo lejos unas camionetas atravesadas a mitad de la calle y unos hombres encapuchados empuñando sus AR-15, en ese instante supo que todo había acabado. “

“recorrieron 10 kilómetros aproximadamente en la terracería, los más largos en la vida de los pasajeros.”

“temblaba fuertemente como si tuviera frío y las lágrimas corrían por sus mejillas”.

“Las mujeres dentro del autobús lloraban sin parar por aquel hecho tan horroroso. Y los sicarios que iban dentro solo reían.”


Argumentos impropios de alguien con un trauma psicológico reciente, pero ensalzados con mucha retórica y melodrama.

Incluso si el testigo hubiera sido alguien con doctorado o un escritor, el estilo no es el de una víctima, sino el de un cuentista. Aún si fuera obra del periodista de turno, volvemos a los puntos anteriores: no hay referencia alguna a nada.

Anomalía #5 - Apelación al destino

Apenas en las primeras líneas podemos leer:

“El autobús de la línea ADO hacia su parada obligatoria”

Esto es algo a lo que yo he bautizado con el nombre de “Apelación al destino”.

Es así: cuando alguien va a escribir una historia que habla sobre cómo el destino llegó y la vida del protagonista (o protagonistas) cambió bruscamente debido a una serie de sucesos dramáticos, y se desea generar impacto entre los lectores, se recurre a la “apelación del destino”, lo cuál significa empezar la historia con algo que refiere a la vida cotidiana, por ejemplo:

“Estaba como de costumbre trabajando en la oficina”, o
“Me encontraba en la escuela aburrido como siempre”, o
“Era un día normal”.


Hay muchos ejemplos más, tanto en los escritos como en las películas. De hecho los hay a montones, diría yo.

Anomalía #6 - Los Zetas ríen demasiado

En esta historia, los zetas no figuran como un cártel que habla de drogas, no hacen mención alguna a lo jodido que está el país ni mucho menos insultan al gobierno o a la policía, o alguna cosa que indique que es un cártel, por el contrario, se les pinta como a los villanos que hacen maldades y se ríen del sufrimiento de la gente:

“dijo en tono sarcástico, mientras sus hombres reían.”

"Y los sicarios solo reían a carcajadas”

“Y los sicarios que iban dentro solo reían”.


Anomalía #7 - Los pasajeros

Hay un error en el conteo de los pasajeros. Consideré esto una anomalía puesto que la cifra de pasajeros no fue aproximada, como lo narraría un testigo, sino que el autor ofreció algo puntual:

“bajaron dos personas y subieron cuatro, haciendo un total de 15 pasajeros en el autobús.”

Muy bien, ¡hagamos cuentas!

El chofer murió de un disparo, así que queda excluído tanto como de testigo como de uno de los 15.

“Bajaron aproximadamente 8 hombres” dice el autor. De estos aproximadamente 8 hombres notamos que:

“sacaron a dos ancianos y dos que parecían enfermos”. Llevamos 4 pasajeros.

Un joven de unos 15 años muere de un disparo del comandante por ponerse a llorar. Llevamos 5 pasajeros.

El pasajero que ofreció su casa para no luchar murió a marrazos por el comandante. Llevamos 6 pasajeros.

De los gladiadores que quedaron, se habla de que fue más de 1:

“todos los hombres comenzaron a pelear entre si” y
“trajeron a los que habían matado a su contra” en la parte final.

Para darle oportunidad al relato, haremos de cuenta que fueron solo 4 los gladiadores para formar parejas de 2, así, dos murieron y los otros dos fueron los sobrevivientes que ahora son zetas. Llevamos 10 pasajeros, y superamos los 8 propuestos inicialmente.

Lo restante es fácil. El escritor dijo que exactamente había 15 pasajeros, así que nos quedan solo 5 vacantes.

Notamos que seleccionaron a la mujeres que les parecían bonitas, y las llamaron “putas”. Hablando en plural, nos dan a entender que fue más de una; hagamos de cuenta que fueron 3 mujeres: dos seleccionadas y una no seleccionada.

Nos quedan 2 pasajeros. De esos 2, se hablaba de más de 1 niño aventado al ácido y más de una madre desprendiéndose de su hijo, eso nos da un total de al menos 4 pasajeros. Los niños están contabilizados como pasajeros, incluso por los testigos; podemos omitir 1 recién nacido (porque dos ya es demasiada coincidencia) pero aún así faltaría llenar un espacio. Todo esto, siendo generosos con las cifras, limitando al mínimo acorde a la descripción y, por supuesto, sin contabilizar al testigo que sobrevivió.


Conclusión.

Si bien esta historia es falsa, eso no significa que tales acciones no puedan ocurrir, o lo que es peor y es justo lo que creo, que estén ocurriendo ahora mismo, desde hace años, pero en escenarios separados.

La historia está inspirada en hechos reales ocurridos por estas fechas:

8 de abril
Atrae PGR denuncia por plagio de pasajeros en San Fernando


19 de abril
Violencia afecta a líneas de autobuses en Tamaulipas

Por otro lado el pueblo de San Fernando es el lugar donde se encontraron fosas clandestinas con cadáveres de los cuales la mayoría son confirmados como pasajeros de líneas de autobuses.

No me parece mal hacer conciencia en la gente sobre lo que ocurre, lo que me parece bajo es hacerlo a base de mentiras, presentando argumentos falsos al público, haciéndolos pasar por verdaderos.

Mis labios hechos trizas

Oquei me acabo de joder los labios a lo pendejo.

Resulta que antier se me acabó mi pomada de labios de 2 pesos que era la que me aplicaba cada rato para evitar la resequedad que me provoca una pastilla que estoy tomando contra el acné.

Desde antier que se terminó he estado haciendo todo lo que puse: ir al lavamanos a mojarme los labios, después llené un vasito de agua del mismo lavamanos y lo puse en mi escritorio junto a la computadora para humectarme los labios con agua y cada que tenía la oportunidad, bebía algún líquido o me lavaba la cara para humedecer mi boca.

Es apenas hace unos segundos que vi en mi escritorio a mi izquierda, pegado casi frente a mis ojos, la otra crema para labios que tenía. Esta no es pomada, es una crema humectante, pero con el mismo propósito. "Crema reparadora de labios" dice.

Todo el tiempo la tuve frente a mí, sin escondeer, a la vista, e incluso la habré movido cuando necesitaba hacer las cosas aún lado.

Me sentí estúpido de tener, como un perfecto idiota, los labios resecos, cuarteados, irritados, enrojecidos y despedazados por una alarmante falta de humectación, porque sí, ya era grave mi caso, me ardían todo el tiempo mientras no tuvieran agua entre ellos y sentía que si sonreía pronunciadamente se iban a romper, ocasionando una cortada con su correspondiente sangre, como ya me ha pasado.

Con todo y mi estupidez los abrí, me unté un poco de esa crema y ahora ya no siento molestias en lo absoluto, incluso puedo extender mi boca de mejilla a mejilla sin sentir si quiera dolor alguno.

¡Amo ser un humano!