martes, 10 de octubre de 2006

Rosa - Mail.txt

Este fue del Miércoles, 28 de Junio de 2006, 10:42:21 p.m. (según el notepad). Aquí las cosas empeoraron mucho.




Nunca creí que me fuera a rebajar a este nivel. Realmente te digo que con esta experiencia que tuve descubrí cosas de mí que ni siquiera imaginaba.

Al principio creí que yo era alguien especial para ti, que tú me querías mucho, como yo a ti, pero fueron pasando las cosas, he visto demasiados sucesos y me he dado cuenta de tantísimas cosas. No te terminé por gusto, y no insistas en que fue mi culpa porque, te digo, en estas vacaciones he estado pensando las cosas varias veces, analizándolas desde diversos puntos de vista, tratando de comprender razones y sentimientos.

He llegado a varias conclusiones pero no me voy a molestar en decírtelas porque la verdad es que no creo para nada que tengas algún interés en saberlas. Pero te comento, por lo mismo de que creí que lo que sentías por mí era algo grande y serio, como lo que yo, me sentí muy culpable cuando me dijiste que yo no tenía por qué hacerlo y debí haber hablado contigo.

Lo he pensado bien, y no sólo lo he pensado, sino que me he dado cuenta, ME CONSTA que lo que pienso es verdad; no son sólo especulaciones, sino que yo lo he visto por mis propios ojos. Es posible que tú me quisieras, pero no fue nada comparado a como yo te quise; siempre confié en ti y tú nunca mostraste interés en incluirme en tu vida, por eso es que me da tanta rabia oir de tus labios que, además de que (supuestamente) tú fuiste quien confió en mí y yo te defraudé, me quieras hacer ver como culpable.

Siempre fui un hombre considerado contigo, entendía las razones que me dabas y aunque en muchas no estaba de acuerdo, las respetaba porque al fin y al cabo era tu vida, tu forma de pensar y aquellas tus razones. Pero tú no, tú no me comprendiste nunca, te daba razones pero tú simplemente no las considerabas, cerrabas tu cabeza a tus propias ideas y no oiste las mías.

Cogí mis sentimientos más nobles, sentimientos que rara vez saco, y hasta sensasiones que ni siquiera sabía que tenía, las metí en un cofre y te las di, pero parece que las metiste en tu mochila junto con tus otras cosas, o que las perdiste, pero nunca te diste cuenta de lo que realmente sentía por ti.

Te entregué toda la confianza que tenía, y a pesar de que tú me dijiste la vez en que fuimos a tu casa saliendo del cine: "yo no te tengo nada de confianza", yo te seguí teniendo confianza porque quería dar el primer paso y demostrarte que tú sí podías confiar en mí, pero nunca se dio eso en ti.

Llegué a creer que yo era alguien muy especial para ti y me sentía orgulloso de ello; pensaba que aunque tú no me tuvieras confianza ni me tomaras mucho en cuenta, eso no importaba porque yo sabía (o creía saber) que tú me querías mucho, que yo sí era alguien especial para ti, como tú para mí.

Yo no quería terminarte, PARA NADA, tenía muchos planes: pensaba invitarte al cine para olvidar aquellos momentos amargos por los que estaba pasando porti porque nunca me hablabas, te iba a dar mi contraseña como habíamos quedado, pensaba regalarte una paleta de corazón que tenía en mi mochila, quería estar contigo en los momentos difíciles de tu mal por el que estás pasando, pensaba decirte en el parque que te quería mucho... tenía varios planes contigo, por eso es que los últimos días intenté rescatar nuestra relación. La última semana que anduvimos no me hablabas, ni me volteabas a ver, ni me tomabas en cuenta.

Te adjunto el texto que un día te envié pero que no quisiste terminar de leer, y, como si te importara, lo puedes descargar en los datos adjuntos que vienen con este mensaje.

Siempre que hablábamos sobre lo que había pasado (en realidad yo era el que te iba a buscar) tú me decías y me repetías: "Es que DEBISTE haber hablado conmigo primero" y yo me sentía culpable y te daba la razón, pero conforme fue pasando el tiempo iba viendo mejor las cosas...

Aquella vez en que te dejé de hablar dos días, te expliqué que era porque veía que tú no me hablabas ni me pelabas ni nada y tú me dijiste que yo era un tonto, que no tenía por qué haberte hecho eso, que no tenía ningún derecho... bien, y por qué en lugar de estarme echando la culpa no me explicaste "es que a mí me deben tener paciencia, yo no confío casi nada en las personas fácilmente; conmigo tienen que tener mucha paciencia" tal y como me lo explicaste mucho después, pero en lugar de eso me dijiste que yo no tenía por qué hacerte eso y encima de todo me advertiste que si volvía a hacer algo como eso que ahora sí íbamos a terminar. Quizá si me hubieras aclarado las cosas en ese entonces las cosas hubieran sido bien distintas.

La vez en que te fuiste de ray con otros de tus tantos primos, viste que me disgusté por eso, te cité en el otro lado de la banca para que habláramos y ahí te dije (no sé si lo recuerdas) que yo era un idiota, que no te trataba como te merecías, que era un verdadero tonto y que no te daba lo que tú necesitabas y tú, a sabiendas de que por qué estaba molesto, en lugar de usar tu segunda oportunidad para explicarme que yo debía ser paciente contigo, sólo me respondiste "¡Sí, pues YA QUÉ!" en un tono que creo que recuerdas, y luego te fuiste con los demás, yo te jalé del brazo para que siguiéramos hablando y te pregunté "oye, ¿cómo que "ya qué"?" y tú me dijiste "pues sí, ya qué, no se puede hacer nada" y después te dije que iba a seguir intentando cambiar por ti, que iba a seguir haciendo la lucha por mejorar; y es que yo quería de verdad darte algo mejor, pero tú me dijiste que, conociéndome, no creías que lo fuera a lograr.

Pues independientemente de lo que hayas dicho, yo hice la lucha y me comporté de forma distinta.

Pero luego sucedió lo que sucedió: terminamos. Yo pensé "¿será que Rosa me quiera? tal vez, tengo fé en que sí" y pensé... se me pasó por la mente... la estúpida idea de que tú te ibas a tomar la molestia de preguntarme por qué lo había hecho, pero por el contrario vi que te pasaste tus días normales, seguías saliéndote con Sugey y riéndote y vagando por la escuela sin irme a ver, tal y como cuando éramos novios.

Me sentí estúpido al pensar en que tú ibas a venir a pregutarme por qué lo habías hecho y tratar de arreglar las cosas porque te interesaba seguir, pero al final de cuentas fui yo quien te fui a buscar para hablar nuevamente; te expliqué mis razones y tú cerraste tu cabeza a tus propias ideas y no hiciste ningún esfuerzo por comprender por lo que estaba pasando, pero en cambio me dijiste: "DEBISTE HABER HABLADO CONMIGO".

¿Y para qué querías que te hablara? ¿Para que me dijeras LO MISMO de siempre?: que soy un tonto, que me enojo por cualquier cosita, que no tengo por qué hacerte las cosas que te hago, eso es lo que me ibas a decir en caso de que hablara contigo por tercera vez.

Te eché en cara que tú ni siquiera hiciste nada por aclarar las cosas y tú me dijiste que ese mismo día habías intentado a hablar a dos números de teléfonos míos que yo te di (recuerdo que nada más te di uno) y que resultó que eran equivocados... ¿y esos fueron tus 'intentos' por arreglar las cosas?

Pero pues ya eso no viene mucho al caso.

Como me dijeron varias personas que estuvieron conmigo en distintas ocasiones: "si ella de verdad te quisiera, ya te hubiera buscado".

¿Sabes? Tú me has hecho lo que ninguna mujer... lo que nadie antes me había hecho: yo JAMÁS había derramado lágrimas por ninguna mujer (salvo por mi madre), y de hecho pensaba que a esta edad llorar por alguna chava era ridículo, cosa de adolescentes, y cuando terminaba mis relaciones con otras chavas no me afectaba, yo seguía mi vida normal, pero contigo no; eres:

* La primera mujer que me hace derramar lágrimas.
* La primera chava a la que le rogué.
* La primera mujer que me hizo sufrir por ella.
* La primera chava a la que terminé yo, y lo hice contra mi voluntad, no sé si logres captar lo que quiero decir.
* La primera mujer a la que le entregué bien mis sentimientos.

Y tú simplemente me cortabas todos mis intentos de arreglar las cosas.

No creas que aún te sigo rogando, porque ya me quedó 100% claro que tú no sientes nada por mí.

Dices que me querías mucho, que arruiné lo que ¡por fin! estabas empezando a sentir por mí... y a las dos semanas, antes de acabar el curso, resulta que se perdió todo lo que sentías por mí. Osea, me querías tanto, tanto, que en 1 semana o 2 dejaste de tenerme confianza y cariño.

En cambio yo, que según tú fui el "tonto" que arruinó las cosas y que se enojaba por cualquier cosa, aún sigo dolido por eso.

¿Por qué te estoy escribiendo esto? En realidad lo hago contra mi voluntad, no quiero hacerlo, así como tampoco quiero llorar por ti y tampoco quiero seguir sintiendo algo por ti, pero lo hago porque creo que necesito hacerlo. No puedo llevármela tranquilo porque siento que tengo que decirte todo lo que pienso y lo que creo.

Ya sé que nosotros no vamos a volver a andar nunca otra vez, sé que los besos que nos dábamos quedaron en el pasado, también comprendo que tú no sientes ya absolutamente nada por mí.

Rosa, si estás leyendo estas líneas, tengo que confesarte algo: no creí que te fueras a tomar el tiempo para leer mi mensaje completo, sino que pensé que, al igual que las palabras, charlas y la nota que te mandé, ibas a ignorar esto.

Te dije que si querías distraerte, relajarte o algo, que me llamaras para que estuviéramos como amigos y tú me diste las gracias. La vez en que no quisiste tomar mi llamada (además de que me di cuenta luego luego, Sugey me explicó todo en la noche) Sugey me dijo que te había dado mi número (le pedí que te lo diera porque tú me dijiste que lo tenías mal) y que te había preguntado si me ibas a llamar y que tú le dijiste que no, que para qué, y ella te dijio "no manches" y tú le dijiste que ya no sabías cómo quitarme de encima.

Ahora que recién te hablé por teléfono, resulta que me dices que cuando yo quiera algo que puedo contar contigo... ¿así como tú conmigo?

Pensé que lo mejor era quedar contigo como amigos, y lo pensaba llevar a la práctica, supuse que lo mejor era volver a ser amigos y por teléfono te pregunté: ¿y si yo te dijera que no quiero tu amistad, que no quiero ser tu amigo?; tú respondiste: "pues ya qué... es tu desición".

¡No, pues sí que te interesa mucho mi amistad ehh!

Me has hecho pasar momentos verdaderamente horribles y a ti nunca te importó.

Te voy a decir algo, y no me importa si piensas que va a ser muy arrogante de mi parte, pero me he dado cuenta de que tú no mereces mi amor. Una persona como tú no merece que yo le entregue el cofre de mis sentimientos, porque ni me tiene confianza ni hace el esfuerzo por comprenderme, como yo; no fuiste capaz de ahorrarme ni un minuto de sufrimiento.

A veces me arrepiento de haberte conocido, pero luego recuerdo las palabras de un amigo: "Velo por el lado bueno, gracias a eso descubriste partes de ti que no conocías".

Tomaré lo que sucedió como preparación para cuando llegue la indicada. Ahora, gracias a lo que pasó, sabré cómo tratar a la chava que de verdad sea para mí; ahora sé la mujer que merezca mi amor será una persona que sí me sepa comprender, que me sepa escuchar, que quiera estar conmigo, que entienda por lo que paso. Sabré cómo tratarle y, ¡me gusta pensarlo!, aquella mujer no me hará sufrir como tú, ni hundirme en aquel agujero tan profundo del que aún no he logrado escapar.

¿Te importa lo que te estoy diciendo?

Es verdad que soy culpable, pero culpable por defraudar a varias personas: teniendo yo muchos amigos que me apoyan y me dicen que no me deje llevar por algo que no vale la pena, yo les pago destilando lágrimas por una persona que en este preciso instante sé que no está llorando por mí, ni lo va a hacer, y que va a borrar este mensaje y va a seguir con su vida normal.

Recuerdo que una vez te dije (y no sé si me pusiste atrención) que yo era "un verdadero estúpido, un estúpido, pero un estúpido que te quería, y que cuando quisieras, aquí tenías a tu estúpido para que estuviera contigo".

También me acuerdo que una vez me dijo Saraí: "Sueña con tu Angelita" y yo sonrreí y pensaba en aquella sonrrisa tuya que te dije que me gustaba mucho.

Tantos recuerdos...

En estos días estoy pasando por cosas muy feas, y me consuela la idea de saber que todo esto se va a terminar. Espero ansioso el día en que tú te conviertas en un recuerdo con el que conviviré por el resto de mi vida, que seas sólo la ingrata con la que anduve en mi adolescencia, serás aquella chava que les platicaré a mis amigos cuando sea grande, que me hizo pasar malos ratos, y las lágriamas que libero en tu honor, cuando sea grande van a ser risas; en el futuro me voy a reir de mí mismo con mis amigos por lo que me está pasando ahorita, voy a ponerme alegre contando las tristezas por las que paso hoy.

Y tú serás sólo un recuerdo.

Cuando sea más grande, voy a abrir aquel viejo armario que nadie conoce y voy a sacar los patines que tenía cuando era niño, voy a sacar las mochilas que llevé a la secundaria, voy a sacar los besos que me di con mis amigas, voy a sacar a Rosa Miriam, la chava a la que entregué el el cofre de mis atesorados sentimientos y que ella agitó y removió, voy a sacar los besos que nos dimos, sacaré y desempolvaré las caricias que me diste y las veces en que te dije "Te quiero tanto"; sacaré mi graduación de sexto de primaria y mi certificado de secundaria. Veré todas aquellas cosas un rato y luego las meteré de nuevo a aquel armario que siempre he tenido.

Después de que las guarde, iré con mis amigos de fiesta a algún lugar.

¿He defraudado la confianza que tenías en mí al leer tus mails? Dos opciones:

1.- ¿Cuál?, ¿la que perdiste cuando terminamos y que quise demostrarte que todavía podías seguir teniendo?

2.- ¿Tuviste, en algún momento del espacio-tiempo, confianza en mí?

Sea como sea no me interesa, no esperaba ya que siguieras confiando en mí, porque nunca lo has hecho; si no perdías la confianza que nunca tuviste en mí ahora, la ibas a perder luego, pero la ibas a perder, aunque no la tuvieses.

Si nosotros vamos a ser amigos o no, eso es algo que de verdad no sé. Por el momento estoy algo dolido y destrozado por dentro, pero puede ser que en algún futuro logremos olvidar lo que ocurrió y ser muy buenos amigos, como con varias de las novias que he tenido.

Si terminaste de leer lo que te escribo entonces ¡felicidades! No pensé que lo fueras a hacer.

Adios.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario