martes, 28 de junio de 2011

La Tortuguita

Mi madre asistió a el cumpleaños del hijo de una vecina esta sábado, solo asistió una media hora porque no era bueno para mi sobrinita estar en un ambiente tan "fuerte" por mucho tiempo.

Cuando volvió además de dulces, trajo un regalo que la anfitriona había dado a cada uno de los invitados: una tortuguita en una botella de refresco cortada, con un poquito de agua y piedras de colores, algo modesto pero con cierta medida de lujo.

El destino de cada una de esas tortugas estaba pautado bajo las siguientes instrucciones: darle un ser indefenso a personas que no pidieron la responsabilidad de criarlo y sin el conocimiento de cómo se debe cuidar.

Eran bebés las tortugas, pues su tamaño que apenas y cabía en la palma de mi mano, dejando espacio de sobra, hacía inconfundible su corta edad.


Mi madre puso la tortuga arriba de la lavadora; antes de dormir le cambié el agua y al día siguiente mi madre le dio unos pedacitos de tortilla para que comiera (al parecer lo hizo). Pasó la noche del domingo y el día lunes viva.

Hoy martes por la mañana escucho a mi madre sorprenderse por la tortuga, reprochándole a Canelita, mi perrita.

Más tarde me enteraría que durante la noche la tortuga habría comenzado a moverse de un lado a otro hasta que el pequeño pedazo de botella de 2 litros donde estaba contenida se deladeó hasta darle paso. La tortuga, que ni nombre tendría aún, había caído desde la enorme altura de la lavadora hasta el piso. Aún vivía.

Canela o Rufo la habrían visto extrañados (mi madre culpaba a Canela, pero la realidad es que pudo haber sido cualquiera de los dos). Los perros, que no sabían qué era eso, imagino que lo tomaron por un juguete, puesto que de pensar que era algo carnoso y comestible no hubiera durado ni 10 minutos.

En la mañana mi madre estaba buscando la tortuga, llamándola por "tortuguita, ¿dónde estás" se topó con que estaba en la tina en donde Canela duerme.

Tenía una fracción del cascarón roto. Vemos que los caparazones de las tortugas están compuestos de partes geométricas; pues una de ellas estaba por fuera. No sabría decir si fue algún perro, o la caída.

También había un poco de sangre, muy poco en realidad.

Aquello que vio mi madre ocurrió en la mañana, a las 7:30 u 8 quizá. Después, a las 11:30 aproximadamente, es decir, hace varios minutos, mi madre dijo que la iba a tirar. Yo le iba a sugerir algo, pero en su lugar dije "a ver..." y examiné la tortuga para ver qué le había pasado.

Además del pedazo de caparazón desprendido, mi madre me dijo que podría vivir así, pero no "con la tripita de fuera". Me volteó la tortuga y por la parte de abajo, saliéndole de un lado del caparazón, pude ver cómo un pequeña tripa de la tortuga salía de su cuerpo, era un tubo como una lombriz, pero más delgado, y hueco por supuesto.

Me entristecí un poco cuando vi la víscera saliendo. Había sangre alrededor. Ella dijo que hasta hace unos segundos que la agarró aún abría los ojos,

-pero ahora no.

Y me mostró. Vi el semblante de la tortuga con los ojos cerrados: era una rostro de tristeza mezclada con inocencia. Es como si la tortuga estuviera durmiendo despreocupada, pero con los ojos y la boca más caídos.

Mi madre dijo que ya no había nada que hacer, y se la dio a los perros para que se la comieran. Canela la olió pero no le prestó atención. Le dije que aún podía estar viva y podía seguir sufriendo, mi madre solo decía que ya estaba muerta.

Me quedé en mi sitio pensando unos momentos y luego tomé la decisión.

Entré a la casa y busqué un cuchillo que era corto pero afilado.

Mientras caminaba me decía en mi mente, con un tono frío, delatando lo que hacía, sin que eso me gustase:



Tomé el cuchillo y mientras lo sostenía con mi mano izquierda mirando su hoja pequeña y afilada mientras volvía, proseguía:



No quería hacerlo, me sentía mal con solo verme en dirección a acuchillar a ese pobre... bebé que era inocente de TODO aquello. Sin embargo sabía que era lo que tenía que hacer, que estaba mal dejándolo, sabiendo que aún podía estar vivo, y sintiendo un explicable dolor agudo en su cuerpo por horas, o días.

La recogí de la tina de Canela, donde la había puesto mi madre. Con la mano derecha la sostuve y con la izquierda empuñaba el cuchillo, seguía deseando con fuerzas ir a dejar el cuchillo y no tener que hacer nada. Respiraba por la nariz y la boca, con un ritmo más acelerado y un poco jadeante.

Puse el cuchillo arriba de la cabeza de la tortuga, que por cierto estaba sumida dentro del caparazón. Sencillamente clavé el cuchillo con todo el odio del mundo hacia adentro, experimentando coraje a la vez que sentía cómo la hoja se hundía en la carne de la tortuga. Lo pude sentir claramente: la carne era muy blanda, penetré varias vísceras en el camino, y la sangre brotó y se mezcló con todo por dentro. Nada de esto es una exageración o una dramatización, en realidad pude sentir todo eso. La navaja debió llegar hasta el centro del caparazón.

No hubo reacción en el semblante de la tortuga. Me dio gusto que fuera así.

Pero volví a hacerlo, pues tuve el temor de que, por circunstancias del destino, aún así siguiera viva, así que volví de nuevo, pero esta vez hice el corte por debajo de su cabeza, para que el cuchillo no pasara por el mismo lugar. Mientras hundía el cuchillo de nuevo decía en voz baja pero ardiente y con un tono cortante:

-¡Ya muérete!

Clavé dos veces por esa zona. Cerré los ojos por dos largos segundos, mientras pensaba en que yo no tenía problemas si me enteraba que moría un violador o un sicario, pero que pereciera "un inocente" era algo que llegaba hasta el fondo de mí.

Mientras hacía eso mi madre había llegado a verlo. Nunca me detuvo ni me dijo nada; entre su silencio total, ella también sabía que eso era lo correcto.

Después de que terminé, ella me la pidió. Colocó el cadáver en la palma de su mano y acarició el caparazón.

-Pobrecito...

Dijo con mucha lástima. Habló con el mismo dolor sobre la inocencia de la tortuga, diciendo que no merecía esto, que ella no había hecho nada.

Mientras tanto yo pensaba en el dilema de "¿quién es el culpable?". No había sido yo, los perros tampoco, mi madre tampoco.

Pensé en la idea de la anfitriona de la fiesta, la abuela del niño al que celebraban. En esa idea que tuvo de adquirir animales bebés y darlos como regalo a la gente, para que se maravillaran de recibir a las tortiguitas bebés y ver lo lindas que se veían en su contenedor, con poca agua, una ramita y piedritas de colores.

Veía a mi madre como le daba un besito largo y tierno al caparazón, en le cabeza de la tortuga, deslindada de todo asco; después lo seguía acariciando.

Decía que estaba buscándole otro lugar a la tortuga, que pensaba ponerla en una maceta que tiene colgando, la cuál me pareció un buen lugar para el animal. En fin, me contó sobre los planes que tenía, eran buenas ideas. Y de hecho, con anterioridad habíamos acordado que cuando la tortuga creciera, la llevaríamos con mi abuela Ana, ya que ella tiene un estanque a la sombra con agua y piedras donde tiene muchas tortugas, creo que de la misma especie, pero adultas todas (por eso desistimos de llevarla ya, porque es demasiado pequeña).

Esa tortuga iba a cambiar por un lugar mejor aquí en la casa y tenía un destino para cuando creciera. Todo quedó truncado por un... accidente, aunque la raíz de su desgracia fuera otra que caerse de la lavadora.

La dejé acariciando la tortuga y enjuagué el cuchillo, para que no se le secara la sangre o los líquidos allí.

No me siento mal, ni me siento culpable, ni un asesino por todo aquello, pero me entristece pensar en lo ocurrido, en la singularidad de la tortuga, a la que solo puedo decirle:

¡Adios!



Imágenes:

http://puertotriunfo-antioquia.gov.co/apc-aa-files/37653763626461356639373739646239/Tortuguita.JPG
http://www.elrincondelascuatropatas.com/wp-content/uploads/2008/01/tortuga-de-agua.jpg

sábado, 14 de mayo de 2011

Una nueva vida para mis dos perros

Los saqué al aire libre un rato, a las 11 y 15 aproximadamente, no tiene mucho. Los vigilé un buen tiempo para que a Canela no la montara ningún perro o al Rufo algún perro grande se lo quisiera quebrar. Luego oí ruidos en mi casa, parecía mi madre quebrando alguna cosa o algo así. Más tarde entendería que era una reja de huevos a la que le estaba quitando una coraza de plástico protectora; dos rejas en realidad.

Me aproximé a la casa para ver qué hacía, y si necesitaba ayuda con algo. Dejé de oír los ruidos y me dispuse a ir al callejón para ver si habían algunos vagos grafiteando la barda o algo así.

Estaba en mi portón, en medio, y caminaba hacia el callejón, cuando veo que un carro viene de la calle de arriba; volteo a buscar a los perros para ubicarlos, y los vi en la acera del otro lado de la calle, donde se supone debían estar. Aborté la otra misión y me quedé estudiando esa escena: lo único que tenían que hacer era no moverse hasta que pasara el carro.

El carro ya venía por el tope y vi que Canela me volteó a ver, luego Rufo.
El auto estaba a medio cruce del tope y ellos me veían con aquella atención profusa que adquiere un perro cuando te queda viendo con detenimiento.

Dije: si les hablo o digo cualquier cosa, lo interpretarán como que les estoy llamando y comenzarán a correr y probablemente lleguen sincronizados con el carro; si me quedo quieto quizá me presten atención hasta que el carro pase, solo necesito 2 o 3 segundos de eso. ¿Correr? No me daría tiempo de llegar a ningún lugar.

Era consciente de que desde que el carro estaba allí a medio cruce del tope hasta que pasara solo se necesitaban unos 3 segundos.

El carro terminó de cruzar el tope y avanzó. Por la suma de todas las circunstancias sabía que el conductor no había tomado nota de la presencia de los perros.

Al momento en que aceleró los perros comenzaron a correr. Las luces del carro iluminaban el camino que estaban a punto de pisar y yo, como espectador concentrado en los últimos segundos de un partido de baloncesto, daba pié a la idea de que aquella luz los hiciera detenerse, pero ni siquiera le prestaron atención a la luz y siguieron avanzando hacia mí. Rufo unos 10 o 5 centímetros con ventaja de Canela.

Vi como avanzaban en sincronía con el automóvil para llegar justo a tiempo, como si ambos lo hubieran estado planeado con tiempo para mí.

El carro naturalmente no vio a los perros hasta que éstos se atravesaron, tan cerca que no le dio tiempo de frenar a tiempo. Vi cómo Rufo y Canela no detuvieron ni decrecieron la velocidad de su trote ni un solo instante. El carro intentó frenar, pero eso ocurriría un prolongado medio segundo después, y terminó de frenar un metro después.

-¡¡Muévanse!! -les dije en voz alta extendiendo mis manos, como quien regaña a algún gringo por esa manera tan estúpida que tienen de actuar en sus películas de terror.

Mientras veía que ambos perros y el carro se aproximaban a un lugar y momento en común, pude ver a Rufo agachar su cabeza, no sé por qué, y luego las llantas del carro pasaron por encima. No vi cómo ocurrió con Canela.

En mis adentros exclamé, sin gritar tampoco:

-Aquí acabó Rufo.

Porque era el que venía con más voracidad y el que le llevaba unos centímetros de ventaja a Canela.

Vi cómo al auto no le dio tiempo de frenar y siguió su marcha 1 metro más adelante.

Pensé, en ese segundo también, que era la primera cosa que veía morir. A ningún ser humano ni a ninguna de mis anteriores mascotas había visto morir antes, más que en sueños pero de manera simbólica como se puede ver en mi blog de "Mis pesadillas".

Pensé también, mientras las llantas pasaban por la altura de Rufo, cómo lo iba a encontrar después de que otro largo segundo transcurriera: con el cráneo y la cabeza rotos y desfigurados y llenos de Sangre. Fue la llanta que estaba del otro lado la que le tocaría, es decir, la llanta derecha delantera del auto (que venía de derecha a izquierda con respecto a mí) así que no podría verla, pero calculé que cuando pasara, Rufo tendría la cabeza en medio. Quizá el cuerpo, pero le aposté más a la cabeza. Con Canela no hice ningún pronóstico porque no sabía si le iba a tocar la otra llanta o si por los escasos centímetros de distancia iba a llegar a reaccionar al oír el grito de Rufo.


Sin embargo, no escuché ningún grito, ningún rechinido, ningún hueso quebrándose. ¡No escuché nada!

"¡Qué había pasado!" fue la duda que tuve.

Brevemente diré que desde que el carro aceleró después de cruzar el tope y hasta que frenó 1 metro después de Rufo, solo transcurrieron DOS segundos. Quizá podríamos darle una oportunidad de unas cuántas décimas más, pero no creo que llegara a alcanzar los 3 segundos. Los 2 y medio quizá, pero no más. Así que todo lo que he estado narrando a partir de que el auto cruzó el tope hasta que frenó, ocurrió en los dos segundos.

Había pasado el primer segundo y el carro estaba terminando de frenar. Yo recapacitaba en que no había escuchado ningún sonido, lo cuál me tranquilizó por una centésima de segundo, pero no tenía más información.

Volví a hacer cuentas: recordé al Rufo acercándose y al carro pasando cerca de él, y fui realista: a la velocidad y distancia que iban ambos, la llanta delantera del carro debió agarrar a Rufo por la cabeza exactamente, o bien por la mitad del cuerpo con el margen de error de mis cálculos, pero siempre pensé en su cabeza.

Después acepté la evidencia de que ningún ruido significaba que el Rufo seguía vivo. Después me planteé: ¿por dónde va a salir?

Durante un muy breve período de tiempo imaginé el hecho de que Rufo se hubiera detenido ANTES de que la llanta pasase, pero hice cálculos muchas veces y en todas lo terminé descartando. Hasta ahora que ya pasó todo sigue sin encajar que se hubiera detenido antes, ya que su velocidad era constante y nada corta para el tipo de evento que se estaba suscitando.

Supuse que de alguna manera había logrado sobrevivir abajo del carro, entre las llantas, y lo vería salir por la parte trasera del carro cuando éste avanzara.

Fue grande mi sorpresa al verlo salir del otro lado del carro, no debajo, sino del otro lado con respecto a mí, a él y a Canela.

La primera teoría que llegó a mí fue que ambos habían frenado y el carro había pasado antes, después tomaron carrera para rodear el carro y llegar a mí.

Los 2 segundos habían transcurrido ya.

El tiempo volvió a su forma natural para mi cerebro y vi cómo el carro frenó solo medio segundo y luego volvió a avanzar, quizá porque había notado que no mató a ningún perro y quería continuar, o porque no pensaba quedarse a verlos muertos.

Los perros siguieron cruzando la calle mientras yo los veía molestos diciendo en voz baja, para mí:

-¡Perros ESTÚPIDOS!

Fue una reacción de molestia, puesto que sabía que ellos no tenían la culpa de nada.

Al llegar a mí y alzarse para tocar mis muslos con sus patas delanteras solo los hice a un lado con mi pierna derecha; con una dosis de molestia pero cuidando de no herirlos.

Me dispuse a terminar mi faena: llegué al callejón, vi que no había nadie y volví.

Aún no me ponía feliz, faltaba poco para eso, pero sí me sentía afortunado de que no hubieran muerto.

Fui a contarle a mi madre en la cocina lo que había ocurrido. Mientras lo relataba notaba que yo me iba poniendo nervioso, la voz y el cuerpo me temblaban ligeramente: me encontraba exaltado.

Los dejé afuera un poco más de tiempo, vigilándolos. Ya los había vigilado desde que salieron, todo ocurrió en los segundos que crucé la calle de vuelta a mi casa y luego ibas al portón.

Los metí y seguí algo animado, pero ya me había tranquilizado y me sentía feliz, los veía ahora con felicidad. Era consciente de que pudieron haber muerto, o al menos Rufo, y yo podría estar con mi madre en la escena del crimen, lamentándolo y quizá arrojando el cadáver al barranco donde arrojamos toda la basura orgánica. Llorando quizá, o muy triste, pero impactado.

Sin embargo estaba en el patio trasero de mi hogar, muy feliz de verlos a ellos.

¿Cómo estaban ellos?

Bueno, lo que ocurrió es que volvieron a nacer.

Cuando un ser humano está al borde de la muerte y en agonía, sea por el accidente o problema que sea, y se recupera después de dar por sentado que iba a morir, vuelve a renacer psicológica y filosóficamente, y siempre se da el hecho de que comienza a ver la vida de otra forma. Le resta muchísimo interés a las cosas materiales para centrarse en la naturaleza, en la magia de cada respiro y cada brisa de aire. Pero eso es porque es un humano y nosotros somos así.

Ellos son animales, seres inconscientes de la realidad e inocentes del significado de todo aquello que los rodee, tal como quedó demostrado cuando ignoraron por enésima vez la luz de algún carro que estuvo al borde de atropellarlos.

Ellos no sienten nada de un mundo nuevo ni de sentir el aire con más pureza. De hecho es algo que ellos hacen siempre, no es que ellos no sientan un aire nuevo, es que SIEMPRE LO SIENTEN, somos NOSOTROS los que no lo sentimos, y necesitamos que la muerte nos mire fijo por unos instantes para apreciar la vida.

Ellos estaban como estarían siempre: cansados, agitados de las carreras que se acababan de echar. Uno fue a tomar agua, después ambos se echaron respirando con agitación, boca abierta y viéndonos.

Luego se cambiaban de lugar bruscamente, seguían jadeando. No se habían enterado de nada.

Estuve admirándolos, apreciándolos y pensando en todo ello durante un rato. Los acaricié con el pié y ocurrieron muchas otras cosas más que no vale ya la pena narrar, pues al no haber final trágico, el resto de mi vida, de la de los perros, de mi madre y de todo aquel que lea esto, continuará con su curso normal sin sopesar nada en su consciencia.

El Lenguaje Vaca

Algo que rebotó desde lo profundo de mi mente en una chispa aleatoria de tiempo fue un "Muuuuuu" hecho por una vaca; cuando me lo imaginé, no recuerdo en qué momento, me causó algo de gracia, y desde entonces hasta ahora me lo imagino (ya no me provoca la gracia de al principio) y pienso que estaría bien como respuesta: cuando no sabes qué responder o no quieres responder, simplemente imitas a una vaca ("Muuuu") y si excavan al asunto entonces insiste: "Møøøøø", y si te tachan de estúpido, haz lo mismo pero poniéndote unos cuernitos, olfatea como las vacas (hondo y rápido) y finge mascar pasto como cuando mascas cicle (o me vas a decir que eres de esos que mascan chicle correctamente :-0 ).

Desde ayer me puse en mi nick Darío [b]{ !Muuuuuuuuu, jijiji =^,^= }[/b] (ocupo Messenger Plus! Live) pero me pregunté qué diablos era lo que estaba escribiendo en realidad. Pensé en que, quizá, alguna vaca en alguna parte del mundo esté leyendo este alguno blog y dije algo que la enfadó.

Vaca, si te enteras de lo que escribo aquí, quiero que sepas que no es mi intención ofenderte.

Por eso decidí crear el lenguaje Vaca.

Pensé en hacerlo en un archivo TXT pero tengo problemas con la organización del texto. Pensé en crear un vocabulario pero no es tan sencillo y, dada mi afición a los idiomas y lenguajes (que es lo mismo xD) aunado a la dificultad de crear un simple y llano vocabulario vaca, he decidido crear el lenguaje incluyendo algunas reglas gramaticales para hacer las cosas más sencillas.

Por eso anoto aquí el curso para irlo modificando:




Manual del Lenguaje Vaca



Conceptos Básicos.

Pronombres Personales

!Begin



Viernes 13 de mayo del 2011. Como se puede ver, han pasado más de 4 años de tener esto en borrador. La idea obviamente no continuó, pero no fue por desgano, fue porque teniendo ya armado gran parte del esqueleto del lenguaje, nunca pude acomodar algo en unas palabras básicas. Ahora mismo ya no recuerdo qué fue exactamente, pero creo que tenía que ver con los pronombres personales: yo, tú, él, ella, etc. Creo que iba por ahí, o algo así, pero había dos palabras que se escribían igual para casos diferentes, por ejemplo, que "yo" se escribía igual que "tú" o algo así, no lo recuerdo.

La fecha original de la creación del post fue: 11/01/07 - 01:41 AM según Blogger. Pero quise crear una entrada nueva con fecha actual para no dejarlo relegado en el pasado. Todo lo que está arriba de la línea fue hecho en aquel tiempo, solo modifiqué un caracter que estaba mal.

Aún conservo el archivo en bloc de notas en que estaba registrando el proyecto e intenté buscar qué fue lo que me detuvo, aunque no lo puedo encontrar. De cualquier forma lo pondré aquí para poder sacar esto del anonimato. Quizá en el futuro lo continúe, uno nunca sabe, pero por ahora, este es el texto transcrito que tengo en un archivo llamado "Lenguaje Vaca.txt". Si hay algún problema con las indentaciones serán cuestiones del navegador o lo que se esté usando para visualizar el texto, pero todo lo dejé bien indentado:

Terminaciones.

Género
Masculino  -u
Femenino  -u'
Neutro   -u'h

Número
Singular  -uu
Plural   -uú

Tiempo
Pasado   -Mum
Presente  -Mu
Futuro   -Muú

Caso Singular
Nominativo  -Mmmuuuu
Acusativo  -Mmmúúuu
Dativo   -Mmmúuuu
Genitivo  -Mmmuuuuu
Instrumental  -Mmmuuuum
Ablativo  -Mmmuuuu'h

Caso Plural
Nominativo  -Mmmuuuú
Acusativo  -Mmmúúuú
Dativo   -Mmmúuuú
Genitivo  -Mmmuuuuú
Instrumental  -Mmmuuuúm
Ablativo  -Mmmuuuú'h


Prioridades

Sustantivo = Partícula+


Pronombres Personales.

Mu  Yo
Múu  Tú
Mú  Él
Mu'  Ella
Mu'h  Eso
Mum  Nosotros
Muh  Ustedes
Muú  Ellos


Adjetivo/Pronombre Posesivo.

'Mu-'+PP

Mu-Mu  Mí/Mío
Mu-Muú  Tu/Tuyo
Mu-Mu'  Su/Suyo (él)
Mu-Mu'h  Su/Suyo (ella)
Mu-Mú'  Su/Suyo (eso)
Mu-Mum  Nuestro
Mu-Muh  Su/Suyo (ustedes)
Mu-Múu  Su/Suyo (ellos)


Adjetivos Demostrativos.

Esto Muuu  Estos Mmuuu
Esta Muuu'  Estas Mmuuu'
Esto Muuu'h  Estos Mmuuu'h
Estos Muuuú  Esos Mmuuuú


Números.

"Mumu'h-M"+Bin(N)

0=u
1=ú

Dec  Bin Vaca
0    0    u
1    1    ú
2   10   úu
3   11   úú
4  100  úuu
5  101  úuú



Vocabulario.


Vaca  Mmmuuu
Sí  Mú
No  Mu
Hola  Mmúú
Adiós  Mmú
Ahh!  !M
Por favor Mmmmmuuu
Gracias  Mmmuuuuu


Aclaración: en la parte de los números, donde dice "bin", se hace referencia a la función en los lenguajes de programación "bin()" que es para obtener la forma binaria de un número, así, 5 en binario es "101", eso se sustituye por sus respectivos equivalentes.

viernes, 22 de abril de 2011

[Análisis] Testigo de masacre en ADO relata pesadilla

Ayer en la noche estaba en la computadora, pero me aparté para ir a la sala y escuchar una conversación que se estaba dando entre mi madre, mi hermana y su novio; hablaba de una masacre que se había dado en el norte por parte de un cártel. Los hechos fueron tan escalofriantes que decidí buscarlo en Internet, hasta que di con el hecho:




Testigo de masacre en ADO relata pesadilla

El autobús de la línea ADO hacia su parada obligatoria en la ciudad de San Fernando, Tamaulipas con destino a Reynosa. Llegaron a la terminal, bajaron dos personas y subieron cuatro, haciendo un total de 15 pasajeros en el autobús. Salió de la terminal para seguir su ruta, eran las 8 y media de la noche del 25 de marzo del 2011, salieron rápidamente del pequeño pueblo, no querían ser víctimas de los delincuentes que operan en la ciudad, sin embargo, esa noche sería la última que temerían, pues ya los estaban esperando.

Las calles de San Fernando se vacían a las 6 de la tarde. El pequeño poblado queda como pueblo fantasma al caer la noche, nadie sale de sus casas, todos se resguardan por el miedo a Los Zetas. Solo se pueden ver algunas camionetas de lujo circulando por las calles vacías, nadie se quiere topar con ellos.

El autobús iba saliendo de la ciudad, el chofer miró a lo lejos unas camionetas atravesadas a mitad de la calle y unos hombres encapuchados empuñando sus AR-15, en ese instante supo que todo había acabado. Los hombres le marcaron el alto al autobús, el chofer tuvo que detenerse. Los hombres se acercaron al autobús apuntando sus armas y gritando, "Abre la puerta cabrón, muévete hijo de puta si no quieres que te pegue un tiro en la pinche cabeza”, el chofer temblando abrió la puerta del autobús, al instante subieron los hombres armados, uno de ellos le dio un golpe en la cara con su arma al chofer mientras otros dos entraban al área de pasajeros gritando, “Ya se los cargo la chingada a todos putos”, las personas que iban a bordo estaban aterrorizadas, las mujeres lloraban y los niños se abrazaban a sus padres llorando, todos estaban en desconcierto, pensaban que solo era un asalto, pero no era así.

Le ordenaron al chofer siguiera conduciendo, lo llevaron por varios metros de la carretera hasta llegar a una brecha, le indicaron que entrara por ahí, recorrieron 10 kilómetros aproximadamente en la terracería, los más largos en la vida de los pasajeros. Llegaron a una parte muy amplia y sin monte, en medio de la nada, alguna parcela, estaba muy oscuro. Ahí se encontraban 20 camionetas aproximadamente, de lujo, y también 3 autobuses de varias líneas, unos tenían impactos de bala, las llantas ponchadas, los vidrios rotos.

El hombre le indicó al chofer que detuviera la unidad, ahí separaron a hombres y mujeres, les ordenaron a todos los hombres que bajaran de la unidad. Bajaron aproximadamente 8 hombres que iban desde los 15 hasta los 50 años. Los formaron abajo del autobús, y unos hombres se aceraron a ellos y empezaron a clasificarlos, sacaron a los que veían que estaban viejos o débiles, sacaron a dos ancianos y dos que parecían enfermos, los amarraron de pies y manos y los llevaron con un grupo similar. A los que quedaron les ordenaron que se quitaran la camisa y que esperaran ahí.

Todos se dirigían a una de las camionetas estacionadas y gritaban “Háblenle al comandante” ahí se hizo presente ese hombre, que tenia vestimenta de comando en color negro, con chaleco antibalas y fornituras por todos lados, todos se dirigían a el como “Comandante”. El hombre se acercó a los pasajeros que habían bajado del autobús y les dijo con voz enérgica, tipo militar “A ver cabrones, el que quiera vivir que lo diga de una vez”, pero nadie contestó, todos miraban al suelo, ni siquiera podían levantar la mirada por el temor. Un joven como de unos 15 años se orinó de miedo en sus pantalones mientras visiblemente se veía que temblaba fuertemente como si tuviera frío y las lágrimas corrían por sus mejillas. El mentado Comandante sacó su arma corta de la fornitura y sin titubear le pegó un tiro en la frente, el muchacho se desplomó de inmediato, mientras los otros hombres lo veían temblando aun mas de miedo. “Quién más es maricón” preguntó el Comandante. Nadie respondió. “Les preguntaré por última vez, quién puta madres quiere vivir” esta vez lo hizo gritando. Y todos los hombres levantaron la mano. “Bien, se les hará una prueba a ver qué tan chingones son, el que lo logre sobrevivirá, el que no se chingo”, en eso le habló a varios de los hombres que estaban en otras camionetas y les dijo “Traigan los marros” y los hombres trajeron un mazo para cada hombre. “A ver cabrones, la tranza es así, se van a poner en parejas, y se van a partir la madre, el que sobreviva se viene con nosotros a jalar y se salva, el que no, pues se lo cargó la verga” eso dijo en tono sarcástico, mientras sus hombres reían. Los pasajeros quedaron pasmados por la noticia, no podían creer que fuera cierto lo que les ordenaba el individuo que más bien parecía nazi que narco. Todos tomaron su mazo y se pusieron en parejas y veían a su contrincante con una mirada de miedo. “Pártanse su madre”, dijo el Comandante.

Unos de los pasajeros se acercó llorando a él diciéndole, “Por favor señor, yo no quiero hacer esto, le doy todo el dinero que traigo y mi casa pero déjenos ir”, el Comandante lo vio fijamente a los ojos, le quitó el mazo y le dijo, “Está bien pinche maricón, vete” y tan pronto el hombre dio la vuelta le pegó con el mazo en la cabeza con una fuerza brutal, el hombre cayó al suelo bañado en sangre y comandante se puso como loco dándole golpes en la cabeza con el mazo como 20 veces hasta que quedó deshecha totalmente. “Esto es lo que tienen que hacer hijos de puta, usar los huevos, el que no quiera que me diga y yo le parto su madre”, todos los hombres comenzaron a pelear entre si.

El chofer del autobús seguía con el hombre que lo interceptó junto con las mujeres y los niños dentro de la unidad. Ahí subieron varios hombres armados mas y bajaron a las muchachas que les parecían más guapas, mientras les gritaban “Muévete puta”, todas lloraban y gritaban al igual que los niños, uno de ellos dijo, “A ver perras, denme a sus cachorros” y las madres lloraban abrazando a sus hijos, que iban desde recién nacidos hasta los 8 años máximo. Los niños se aferraban a sus madres mientras se los arrebataban los sicarios. Los bajaron a todos y se los llevaron, mientras unos sicarios golpeaban a las mujeres que quedaban en el autobús.

A las jóvenes que bajaron las llevaron a una casucha donde había más mujeres jóvenes, todo estaba oscuro y sucio, y se escuchaban gritos y lamentos, ahí les arrancaron sus ropas y las comenzaron a violar. Dentro de esa casucha había aproximadamente 30 mujeres que estaban siendo violadas, otras más estaban despedazadas en el piso.

A los niños los llevaron a otra parte, en donde había unos tanques con ácido, ahí los aventaban, se oían los gritos de dolor mientras se deshacían. Y los sicarios solo reían a carcajadas, uno de ellos les gritó a los demás, “Ya va a estar el caldo”.

El hombre le ordenó al chofer que encendiera la unidad, y lo dirigió hasta un lugar en donde vio a todos los que había separado del grupo por estar viejos o débiles, estaban tendidos en el piso en una línea amarrada de los pies y de las manos. “Pasa por arriba de ellos” le dijo el sicario al chofer. El conductor lo miró atónito, no podía creer lo que le ordenaba. “Que pases por arriba de ellos o te pongo ahí para que te lleve la chingada a ti también pendejo”, le gritó el sicario al chofer a quien no le quedó más que hacer caso. Mientras conducía podía sentir como si pasara por topes, pero la diferencia es que aquí podía escuchar los gritos de dolor de las personas que estaban abajo. Las mujeres dentro del autobús lloraban sin parar por aquel hecho tan horroroso. Y los sicarios que iban dentro solo reían. Hasta que terminó con la fila de personas, le ordenaron detenerse.

Fue ahí cuando el sicario le pegó un tiro en la sien al chofer y empezó a dispararles a las mujeres abordo. Bajaron y le prendieron fuego al autobús.

El Comandante reunió a todos Los Zetas y les dijo, “Ya estuvo bueno de diversión por esta noche cabrones. Traigan a los ganadores” y trajeron a los que habían matado a su contra con el mazo y les dijo, “Bienvenidos al grupo de Fuerzas Especiales Zeta, el otro ejército”.
Agencias



Al escuchar eso cuando me lo relataban, y aún más al leerlo después, tuve todo tipo de sensaciones: escalofrío, impotencia, mucho coraje, deseos de venganza. Sin embargo, mientas leía con indignación el relato, notaba que algo no andaba bien con esa historia. Había detalles que de alguna manera sacudían mi cabeza, indicándome que algo no cuadraba. Entonces me propuse hacer un análisis para recopilar todos esos errores que sentía latentes pero que necesitaba ver con lupa para convencerme. Estas fueron las "fallas técnicas" que encontré:



Análisis


Anomalía #1 - Eco de la noticia

El relato está publicado solo en algunas páginas de las cuales ninguna es de algún medio serio de noticias.

A pesar de que la historia es demasiado sádica y cruenta, no salió en ningún medio de noticias, ni de televisión ni impreso, el gobierno tampoco ha dado ninguna declaración al respecto, ni la empresa ADO hizo mención alguna sobre el caso. En Google sólo aparece publicada en apenas uno que otro sitio.

Anomalía #2 - “Efecto eco” de la noticia

Es relacionada a la anomalía 1, pero es otro detalle que puede considerarse aparte, y es que la noticia aparece publicada exactamente bajo el mismo formato en los sitios.

Cualquier noticia, no importa si es polémica o poco importante, siempre aparece con variaciones a lo largo de las publicaciones; incluso si es un plagio de un medio informativo a otro, suelen haber sutiles variaciones en cuanto al formato de publicación. Pero lo que vemos aquí es un calco de la noticia.

Anomalía #3 - Fuentes

La única fuente de esta noticia es “un testigo que sobrevivió”, sin embargo, ninguno de los pocos sitios en los que sale la noticia habla algo sobre tal testigo, no se comenta nada de él, ni nombre, ubicación, relación. Ese testigo tampoco encaja en la historia: la mayoría de los pasajeros murió, y los demás, según el relato, están ahora trabajando para los zetas.

Incluso el “testigo” siempre habla en tercera persona, describiendo lo que ocurrió con cada detalle pero por alguna razón nada le pasó a él. No estuvo entre los “gladiadores”, ni entre algún “débil” que fue asignado abajo del autobús y sobrevivió por orillarse un poco y hacerse el muerto, tampoco fue ninguna de las muchachas que se llevaron al cuarto y, por supuesto, no creo que haya sido uno de los muertos. No se describe así mismo dentro de la historia.

Anomalía #4 - Redacción perfecta

La narración de esta historia está desarrollada con un alto nivel de redacción, propio de alguien con algo de habilidad y experiencia escribiendo... desde su escritorio.

Así, si se supone que fue un testigo sobreviviente a un espectáculo tan sádico, deberíamos encontrar cosas como “salí corriendo rumbo al monte cuando se fueron”, “iba llorando y vomitaba por ratos del asco que sentía” o “llegué en la mañana a una villa”, pero en su lugar nos encontramos con unas exquisitas piezas de la literatura tales como:

“no querían ser víctimas de los delincuentes que operan en la ciudad, sin embargo, esa noche sería la última que temerían, pues ya los estaban esperando.”

“el chofer miró a lo lejos unas camionetas atravesadas a mitad de la calle y unos hombres encapuchados empuñando sus AR-15, en ese instante supo que todo había acabado. “

“recorrieron 10 kilómetros aproximadamente en la terracería, los más largos en la vida de los pasajeros.”

“temblaba fuertemente como si tuviera frío y las lágrimas corrían por sus mejillas”.

“Las mujeres dentro del autobús lloraban sin parar por aquel hecho tan horroroso. Y los sicarios que iban dentro solo reían.”


Argumentos impropios de alguien con un trauma psicológico reciente, pero ensalzados con mucha retórica y melodrama.

Incluso si el testigo hubiera sido alguien con doctorado o un escritor, el estilo no es el de una víctima, sino el de un cuentista. Aún si fuera obra del periodista de turno, volvemos a los puntos anteriores: no hay referencia alguna a nada.

Anomalía #5 - Apelación al destino

Apenas en las primeras líneas podemos leer:

“El autobús de la línea ADO hacia su parada obligatoria”

Esto es algo a lo que yo he bautizado con el nombre de “Apelación al destino”.

Es así: cuando alguien va a escribir una historia que habla sobre cómo el destino llegó y la vida del protagonista (o protagonistas) cambió bruscamente debido a una serie de sucesos dramáticos, y se desea generar impacto entre los lectores, se recurre a la “apelación del destino”, lo cuál significa empezar la historia con algo que refiere a la vida cotidiana, por ejemplo:

“Estaba como de costumbre trabajando en la oficina”, o
“Me encontraba en la escuela aburrido como siempre”, o
“Era un día normal”.


Hay muchos ejemplos más, tanto en los escritos como en las películas. De hecho los hay a montones, diría yo.

Anomalía #6 - Los Zetas ríen demasiado

En esta historia, los zetas no figuran como un cártel que habla de drogas, no hacen mención alguna a lo jodido que está el país ni mucho menos insultan al gobierno o a la policía, o alguna cosa que indique que es un cártel, por el contrario, se les pinta como a los villanos que hacen maldades y se ríen del sufrimiento de la gente:

“dijo en tono sarcástico, mientras sus hombres reían.”

"Y los sicarios solo reían a carcajadas”

“Y los sicarios que iban dentro solo reían”.


Anomalía #7 - Los pasajeros

Hay un error en el conteo de los pasajeros. Consideré esto una anomalía puesto que la cifra de pasajeros no fue aproximada, como lo narraría un testigo, sino que el autor ofreció algo puntual:

“bajaron dos personas y subieron cuatro, haciendo un total de 15 pasajeros en el autobús.”

Muy bien, ¡hagamos cuentas!

El chofer murió de un disparo, así que queda excluído tanto como de testigo como de uno de los 15.

“Bajaron aproximadamente 8 hombres” dice el autor. De estos aproximadamente 8 hombres notamos que:

“sacaron a dos ancianos y dos que parecían enfermos”. Llevamos 4 pasajeros.

Un joven de unos 15 años muere de un disparo del comandante por ponerse a llorar. Llevamos 5 pasajeros.

El pasajero que ofreció su casa para no luchar murió a marrazos por el comandante. Llevamos 6 pasajeros.

De los gladiadores que quedaron, se habla de que fue más de 1:

“todos los hombres comenzaron a pelear entre si” y
“trajeron a los que habían matado a su contra” en la parte final.

Para darle oportunidad al relato, haremos de cuenta que fueron solo 4 los gladiadores para formar parejas de 2, así, dos murieron y los otros dos fueron los sobrevivientes que ahora son zetas. Llevamos 10 pasajeros, y superamos los 8 propuestos inicialmente.

Lo restante es fácil. El escritor dijo que exactamente había 15 pasajeros, así que nos quedan solo 5 vacantes.

Notamos que seleccionaron a la mujeres que les parecían bonitas, y las llamaron “putas”. Hablando en plural, nos dan a entender que fue más de una; hagamos de cuenta que fueron 3 mujeres: dos seleccionadas y una no seleccionada.

Nos quedan 2 pasajeros. De esos 2, se hablaba de más de 1 niño aventado al ácido y más de una madre desprendiéndose de su hijo, eso nos da un total de al menos 4 pasajeros. Los niños están contabilizados como pasajeros, incluso por los testigos; podemos omitir 1 recién nacido (porque dos ya es demasiada coincidencia) pero aún así faltaría llenar un espacio. Todo esto, siendo generosos con las cifras, limitando al mínimo acorde a la descripción y, por supuesto, sin contabilizar al testigo que sobrevivió.


Conclusión.

Si bien esta historia es falsa, eso no significa que tales acciones no puedan ocurrir, o lo que es peor y es justo lo que creo, que estén ocurriendo ahora mismo, desde hace años, pero en escenarios separados.

La historia está inspirada en hechos reales ocurridos por estas fechas:

8 de abril
Atrae PGR denuncia por plagio de pasajeros en San Fernando


19 de abril
Violencia afecta a líneas de autobuses en Tamaulipas

Por otro lado el pueblo de San Fernando es el lugar donde se encontraron fosas clandestinas con cadáveres de los cuales la mayoría son confirmados como pasajeros de líneas de autobuses.

No me parece mal hacer conciencia en la gente sobre lo que ocurre, lo que me parece bajo es hacerlo a base de mentiras, presentando argumentos falsos al público, haciéndolos pasar por verdaderos.

Mis labios hechos trizas

Oquei me acabo de joder los labios a lo pendejo.

Resulta que antier se me acabó mi pomada de labios de 2 pesos que era la que me aplicaba cada rato para evitar la resequedad que me provoca una pastilla que estoy tomando contra el acné.

Desde antier que se terminó he estado haciendo todo lo que puse: ir al lavamanos a mojarme los labios, después llené un vasito de agua del mismo lavamanos y lo puse en mi escritorio junto a la computadora para humectarme los labios con agua y cada que tenía la oportunidad, bebía algún líquido o me lavaba la cara para humedecer mi boca.

Es apenas hace unos segundos que vi en mi escritorio a mi izquierda, pegado casi frente a mis ojos, la otra crema para labios que tenía. Esta no es pomada, es una crema humectante, pero con el mismo propósito. "Crema reparadora de labios" dice.

Todo el tiempo la tuve frente a mí, sin escondeer, a la vista, e incluso la habré movido cuando necesitaba hacer las cosas aún lado.

Me sentí estúpido de tener, como un perfecto idiota, los labios resecos, cuarteados, irritados, enrojecidos y despedazados por una alarmante falta de humectación, porque sí, ya era grave mi caso, me ardían todo el tiempo mientras no tuvieran agua entre ellos y sentía que si sonreía pronunciadamente se iban a romper, ocasionando una cortada con su correspondiente sangre, como ya me ha pasado.

Con todo y mi estupidez los abrí, me unté un poco de esa crema y ahora ya no siento molestias en lo absoluto, incluso puedo extender mi boca de mejilla a mejilla sin sentir si quiera dolor alguno.

¡Amo ser un humano!