lunes, 27 de agosto de 2007

Delhi

Delhi. Ya había hablado de ella en el post de Denizli, y no me equivoqué en las palabras que cité ahí.

Las personas pueden ser de dos formas: por dentro son tal cual son por fuera y, por dentro son distintas de como son por fuera. Las primeras en su interior son exactamente como su exterior indica; Rosa Miriam es una de ellas: cualquiera que se relacionara con ella o la viera notaría que tiene una actitud llevadera, además de ser muy alegre es una buena persona que no critica a las demás, y así como aparenta ser, así es en realidad.

El segundo tipo de personas, del que es Delhi, consiste en una capa que muestra lo que alguien no es, y no hablo de mostrar lo opuesto, sino simplemente de dar una visión errónea de quién es en realidad alguien. A simple vista Delhi es una chica sin sentimientos como cualquier otra que uno se pueda encontrar, presumida, presuntuosa, plástica y todo lo que asumí en el post que cité al principio.

Aquí algo importante: no se puede (o al menos no tan fácilmente) deducir qué clase de persona es alguien con sólo mirarlo, ver lo que hace o hasta llevarse con él, sino que hay que irlo conociendo, conocer sus aflicciones, intereses, formas de reaccionar y, lo clave, su pasado.

Cuando era jefe de grupo en primer semestre tuve que estar en un concurso de altares del día de muertos, fueron sólo algunos chicos de mi grupo a no hacer nada, unos se fueron a la alberca y me quedé con Delhi, Rosa, Patsy y Jemimah para alcanzarlos. Llegamos a la alberca y no nos dejaron entrar, falta de dinero para pagar, caminamos un buen trecho y me acuerdo que como apenas era primer semestre me gustaba un poquito Rosa e intentaba ir al lado de ella durante la caminada, pero como hibbie porque ni pretendía nada ni esperaba que ella o alguien más lo notara, casual el asunto.

El caso es que caminamos un buen trecho y luego agarramos un taxi que nos llevó cerca de la casa de Patsy, fuimos a su casa, la despedimos y seguimos caminando hasta la casa de Rosa, no me acuerdo por qué es que fuimos allá en lugar de ir cada uno (Jemimah, Delhi y yo) a su respectiva cada pero el caso es que llegamos y tuve el privilegio de conocer la casa de Rosa.

Entramos, nos invitó unos helados y creo que también una gelatina, en realidad no me acuerdo de la gelatina, y sería algo bizarro el haber inventado lo de la gelatina. Una vez más para cerrar el párrafo: ¡la gelatina!

Estuvimos un corto tiempo y luego salimos, nos encaminó una cuadra arriba porque ahí pasaba un carro que nos dejaba en lugar accesible para agarrar el carro que nos llevaría por la casa. Estando cerca del CETis hay dos opciones: caminar mucho y luego agarrar un carro, o agarrar dos carros.

Mientras lo esperábamos sentados estuvimos platicando de vanidades, planeando una quedada en la alberca para la próxima semana, Rosa decía que no iba a poder ir por no me acuerdo qué y yo le insistía.

Finalmente llegó el carro, nos despedimos y subimos, yéndonos a sentar hasta atrás. Delhi estaba en medio de Jemimah y yo, comenzamos a platicar de... ¿por qué habría de recordarlo? fue hace mucho tiempo y el diálogo no fue crucial, una simple charla de nada.

Bajamos Delhi y yo en la Insurgentes para esperar nuestro carro y Jemimah se fue al centro a vagar :-S Nuevamente me quedé platicando con Delhi un buen rato porque su carro tardaba mucho en pasar.

Delhi es una chava muy alegre, muy buena onda, platicadora, le gusta mucho platicar lo que le pasó, lo que le pasa y hasta lo que le pasará: familia, amigos, experiencias, ella. Me encanta oírla porque cuando habla lo hace con tanta emoción que me abstraigo escuchándola atentamente aunque sea de algo sin sentido.

Me preguntó que quién me gustaba y no le quería decir; después de un buen rato de insistencia suya que evadí con agrado, se subió y me salvé de decirle. Tanto había platicado con ella desde en la mañana que nos olvidamos de aquella reclamación de salir a comer "AFUERA" que le había hecho hace ya mucho tiempo (ni dos meses, pero ya era mucho).

Aquella vez platicamos, platicamos, platicamos... y hasta ahora lo seguimos haciendo.

Fue así como me hice amigo de Delhi.

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