Estoy preocupado por mi gatito, Tomás. Él pasa mucho tiempo en casa y al menos está una o dos veces en el día para pedir comida, si no es que anda afuera. Pero antier en la noche salió, no supimos dónde y ni nos importó porque, como todo gato, a veces suele salir a vagar o conseguir chicas. Sin embargo ayer en todo el día no volvió, ni a comer; no es la primera vez que tengo un gato y sé que a veces suelen irse por días por razones que solo ellos conocen, no obstante Tomás no es así, él al menos vendría a comer.
Mi madre y yo estamos preocupados, y yo cuando salgo a la escuela o a otras cosas me paso por la orilla de la calle buscando, para ver si lo veo rondando lejos o si veo su cuerpo tirado, incluso trato de percibir olores que me den alguna pista de su situación. Cuando vengo, tengo una chispa de esperanza en ver que al fin se decidió a venir y está echado en el piso, o que mi mamá me diga que se pasó por acá un rato.
Me gustaría saber dónde está o qué le pasó, no es el gato más intrépido de las calles donde vivo pero me gustaba acariciarlo, o pasar por la parte de atrás de la casa y verlo en el patio durmiendo o pidiéndome de comer; como le damos whiskas y nada más, su pejale es muy suave y esponjoso, se siente suave al acariciar y su mirada, felina pero dócil, es muy parte de él.
No me resigno a que esté muerto, aún tengo la esperanza de que solo se haya ausentado porque cuida unos gatitos que haya tenido alguna de sus parejas... o algo.
