lunes, 23 de julio de 2007

Holy Mountains

Holy Mountains






Can you feel their haunting presence?
Can you feel their haunting presence?

Liar, Killer, Demon
Back to the river Aras

Someone's blank stare deemed it warfare

Liar, Killer, Demon
Back to the river Aras

Freedom, Freedom, Free, Free

Can you hear the holy mountains?

Liar, Killer, Demon
Back to the river Aras

Someone's mouth said paint them all red

Liar, Killer, Demon
Back to the river Aras

Freedom, Freedom, Free, Free

They have all returned
Resting on the mountainside
We have learned that you have no

They have returned
Resting on the mountainside
We have learned that you have no

Honor, Murderer, Sodomizer
Back to the river Aras

They have returned
Resting on the mountainside
We have learned that you have no

Honor, Murderer, Sodomizer
Back to the river Aras

Freedom, Freedom, Free, Free


System Of A Down

domingo, 22 de julio de 2007

El Calabozo

"No es que hayas vuelto, es que nunca te has ido."






De los valores se pueden decir muchas cosas y dar muchas definiciones, yo sólo escribo un eslabón más sobre ello, sin pretensiones de mostrar la amplitud que tiene este tema. Los valores son variables que almacenan la cantidad de algún valor que tengas: como indicadores de gasolina: si tu carro está lleno de gasolina puedes ver en una pantalla un rectángulo largo vertical pintado de rojo en el fondo y degradándose hasta llegar al verde puro: 0x00FF00, si conduces como una bestia al poco tiempo el rectángulo sólo estará iluminado en la parte roja y tu tanque apunto de dejarte abandonado en medio de la nada.

De esa misma los valores son una fila de rectángulos iluminados con luces de neón proveniente de leds que se degrada comenzando por un rojo 0xFF0000 y degradándose hasta que un 0x00FF00 reina en la parte más alta.

Y ahí tienes: valentía, amor, ego, confianza, seguridad y sus opuestos: cobardía, indiferencia, depresión, desconfianza e inseguridad; porque el rectángulo de seguridad muy bajo no demuestra inseguridad, sino desconocimiento de la seguridad. Aclarar que por cada valor y antivalor hay un indicador.

Cuando alguien nace, todos los indicadores están en ceros: cero amor, cero ego, cero confianza, pero no es porque sea indiferente, guarde odio o rencor o no crea en sí mismo, sino que aún no conoce lo que es el amor, el ego o la confianza, un bebé no puede nacer con el conocimiento de lo que es el amor y la tristeza porque... nadie nace sabiendo ¡!

Para eso es la vida, para que ese bebé descubra lo que es el dolor y la pasión, la depresión y la fuerza; de momento sus indicadores están en cero.

Y la vida, por ley natural, me va presentando pruebas a lo largo de su vida: retos que tiene que ir afrontando de la mejor manera posible; y es que esos exámenes no son simples evaluaciones que se le ocurran a Fridda, son pruebas de determinado nivel.

Una prueba que ofrece la vida tiene cierto nivel, cierta 'altura' y pertenece a cierta época. Pero, ¿qué altura? Eso es lo... ¿tormentoso?, ¿el problema?, ¿lo maravilloso de la vida? tómalo como quieras pero la vida, si bien conoce de altura, no conoce de límites, por lo que la altura tiende a infinito: la altura de cada reto es constante, pero así mismo, los retos son infinitos porque no hay un límite de altura que diga "hasta aquí de retos, que no hay más altura para darles cabida". De la misma forma los indicadores no tienen un límite, aunque sí altura: se pueden tener 15 puntos de valor y 13 de confianza, mas los números son infinitos y por ende nunca tendrá un fin ese indicador, o lo que es lo mismo:

La humanidad sueña con encontrar el 0x00FF00


Además de los indicadores, podemos establecer una línea recta vertical que señale el grado de dificultad de los retos de la vida.

Un bebé observa a su alrededor: su madre le da un beso y le sonríe muy cerca de la cara: aprende amor de forma inconsciente, ve que su padre llega algo cansado de trabajar y sólo quiere descansar y ve las reacciones de su madre: asimila cómo se lucha contra el hastío.

Llega un determinado momento en que los bebés entran en una etapa de narcisismo: no está desarrollado completamente su concepto de pertenencia y asumen que todo lo que ellos vean está únicamente a su alcance: "¡Mío!". Alguien le quita un juguete que trae en el brazo, digamos que a su madre le parece que está algo sucio y prefiere arrebatárselo a dejar que se encapriche más con él hasta llevarlo a su boca o su esófago.

El bebé tiene los indicadores de los valores muy bajos, el puntaje es apenas visible: no tiene el suficiente valor para aceptar una pérdida, ni la el suficiente raciocinio para entender qué pasa y por qué pasa, pero sí tiene el ego lo suficientemente alto (aunque muy pequeñito en los indicadores aún) para acrecentar el indicador de su dolor.

Y aquí hay que aclarar algo: hay indicadores como el del dolor, que no son lo que parecen. Un indicador, ese rectángulo pintado, refleja también lo conocido y lo desconocido: lo de abajo que consigue estar pintado por experiencia propia refleja lo que conocemos, y lo negro que está en la parte de arriba, eso que debemos llenar a lo largo de nuestra vida, refleja lo TOTALMENTE desconocido, de lo que sólo podemos tener noticia si lo imaginamos por relatos o películas, pero nunca saber lo que es hasta sentirlo.

El bebé tiene el indicador del dolor en... 4 pongamos, esto no quiere decir que en el preciso instante está sufriendo un dolor de nivel cuatro, porque puede, de hecho, estar muy feliz, lo que demuestra esto es que el bebé conoce, aprendió, asimiló y ha entendido lo que es el nivel 4 de dolor, aquella criatura ya tiene experiencia, tiene la experiencia de lo que es el dolor de nivel 4, sabe cómo afrontar dolores de nivel 4, sabe cómo resolverlos y cómo controlar emociones que sean así de dolorosas.

El problema es que el dolor a nivel 4 en los indicadores de leds es algo insignificante; cuando su madre le quita ese juguete que traía le ocasiona un dolor de nivel, pongamos, 12 (doce). El bebé no está preparado para ello, no conoce lo que es el grado de sufrimiento y dolor 12 ocasionado por una pérdida, no sabe cómo afrontarlo, es demasiado para él, para su experiencia y para lo que está en su cerebro armado de forma prismática mediante redes de neuronas.

¿Qué hacer? Su cerebro busca en los escasos conocimientos que tiene de la vida, rebusca en las soluciones que podría tomar y que quizá podrían funcionar, hay mucha incertidumbre y un gran movimiento en su masa encefálica, sus neuronas encuentran una solución factible para el conocimiento que tiene hasta ahora.

Llora.

El bebé comienza a llorar y su cerebro está further alterado esperando reacciones del exterior que le corroboren lo correcta que ha sido aquella decisión, aunque el bebé aún no conozca esa palabra.

La madre, con sus años, sabe que todo es normal y apenas se inmuta, va a lavar el juguete y el bebé queda llorando durante un tiempo.

Al día siguiente termina su biberón y la madre decide que hay que lavarlo porque el bebé ya ha tomado suficiente leche por aquel día y va por él, sabe que el bebé hará lo posible por evitarlo pero ella es más grande. Va y acerca sus manos al biberón.

El bebé, al percatarse de sus intenciones presiona a su cerebro y este comienza a desplegar un sinnúmero de reacciones químicas, movimientos moleculares y una tensión eléctrica neuronas corre a través de él a velocidades vertiginosas. Finalmente llega a una resolución: sus músculos se contraen y la tensión el la palma de su mano se acrecienta hasta donde puede, el biberón está apenas apretado por esas pequeñas manitas y el bebé no para de decir "¡Mío! ¡Mío! ¡Mío!". La madre apenas y hace un esfuerzo brusco para terminar de hacerlo suyo.

Nuevamente el bebé comienza a llorar y a mover sus manos al cielo pidiéndolo de vuelta, pero la historia es la misma que la última, el bebé queda llorando, incapaz de llevarle la contraria a su momento narcisista de la vida, que puede o no ser el último.

Pasa el tiempo, la madre, el padre y las visitas que lleguen a la casa pueden notar que el bebé trata de poner todo a su merced declamando "¡Mío!" a cualquier intento de despojarlo de sus bienes, del mundo que la naturaleza le ha dado y puesto a su servicio. Los meses transcurren y la rutina es una misma que se repite muchas veces al día. El bebé se da cuenta que el único método que conoce para la imposición de su voluntad, la fuerza, SU fuerza, le es inútil, sabe que si alguien le va a quitar algo, se lo va a quitar y el dolor de nivel 12 comienza. Su cerebro, al igual que todo otro cerebro, comienza a buscar otras posibles soluciones para escapar de una misma rutina que se repita eternamente; es una pena que el bebé aún no sepa de la existencia de la razón, de ganar las cosas por la razón y no por la fuerza, aunque de cualquier manera no le serviría de nada porque ni siquiera sabe hablar otra cosa que "¡Mío!".

Su cerebro asimila que si viene su madre a quitarle algo él ya no debe oponerse porque sencillamente no podrá, su fuerza es menor a la de su madre. Entonces, viene la madre a quitarle un peluche para lavarlo porque ya está demasiado lleno de pelusa y gérmenes, va hacia él y lo intenta quitar; el pequeño todavía está en su etapa de narcisismo y no puede evitar sentir ese deseo de pertenencia y aquella sensación de que alguien fuerte viene y le arrebata lo que es suyo y le concierne en cotra de su voluntad.

Siente las manos de su madre presionar la cebra de peluche y pone resistencia, pero no tanta como las primeras veces, su cerebro ya conoce el procedimiento: "ella te lo quita contra tu voluntad, tú pones resistencia porque te pertenece y no quieres que te lo quite pero al final ella lo tendrá". Ocurre. La madre se aleja pero su cerebro, que ya conoce todo, que sabe que el juguete volverá después de un tiempo, que todo esto sucederá de nuevo, que siempre que le ocurre llora unos minutos, ese cerebro infantil no encuentra razones para llorar, busca en sus neuronas motivos pero no encuentra un solo impulso que le diga "¡Llora!", está ausente, no sabe por qué llorar y no lo hace porque no encuentra ningún motivo para estimular las lágrimas a nivel biológico y químico. Se logra calmar.

De este bebé se pueden decir dos cosas: la primera es que después de varios meses de duro entrenamiento, el pequeño está pronto a superar la etapa de narcisismo y segunda, este bebé ya conoce lo que es el dolor de nivel doce y el indicador correspondiente ha subido.

; Ha asimilado y comprendido, vivido y adquirido la experiencia del dolor a nivel doce, su indicador de dolor ha cambiado, pero también ha subido su indicador de valor, porque al final lo tuvo para afrontar esa pérdida temporal y comprender que lo que iba a pasar, iba a pasar.

Pero la vida no termina ahí (o al menos esperemos que no), sino que todavía hay años por delante que le enseñarán más que esos escasos meses de narcisismo.


Por otra parte estoy yo y está mi historia con Rosa Miriam, una historia que hasta donde me he dado cuenta, sólo yo la valoro y sólo yo la recuerdo como un episodio en mi vida.

A lo largo de mi existencia he atravesado por muchas pruebas, y aunque no sé qué nivel tengan los indicadores de mis valores, esto orgulloso de cada cosa que tengo, porque es lo que me he ganado y lo que he aprendido.

Rosa Miriam González López fue una etapa en mi vida, y una Prueba de Amor, la vida me puse en esas circunstancias frente a un acontecimiento que también es una prueba: "Estás frente a estas circunstancias, ¿qué harás?" Y ocurrió todo lo que ya he narrado desde la primera hasta la sexta parte, los anexos y los posts secundarios de esa saga.

Mis indicadores cambiaron: unos crecieron y otros decrecieron, mi percepción de la vida y la realidad cambiaron, mi forma de tomar las decisiones y tratar a las personas.

En la línea recta vertical que muestra la altura de la dificultad de los retos, Rosa Miriam se encuentra muy arria de donde podría estar la etapa de narcisismo del bebé, que bien pude ser yo porque todos atravesamos por lo mismo, también está arriba de cuando me preocupé porque Sara, mi primera novia, me terminó, está por encima de Eva Raquel, un nombre que en un tiempo me pareció el más lindo de todos, y aunque el nombre de Rosa Miriam me sigue pareciendo muy hermoso las cosas son muy distintas a que al principio.

Sin embargo por encima de Rosa Miriam hay todavía más vida de mi parte, la zona negra que tanto desconozco, y que alberga dolores más grandes que este último que nunca me hubiera podido imaginar cómo era y qué se sentía.

Desde mi perspectiva de la realidad, yo ya he superado aquella etapa de Rosa Miriam: no la recuerdo con el mismo ahinco de antes, tampoco lloro por ella cuando aquellas imágenes terribles y emociones agonizantes renacen de los recuerdos. Lo veo como algo que ha pasado y me cambió la vida.

No obstante crearé ahora mismo en esta entrada un mundo virtual, cosas ficticia que nunca pasarán y no serán más que ejemplos vueltos letras:

Estoy en el lugar adecuado: puede ser la escuela, el salón vacío o un parque, pero es el lugar y el momento oportuno. Rosa Miriam llega, me ve con aquella mirada tan divina, aquellas pestañas largas y rizadas, me toma de la mano y se acerca a mí: siento ese olor indescriptible (una vez me dijo que era su jabón ya que no usaba perfume) que un tiempo me enloqueció y otro me martirizó.

Ella se acerca más a mí y me pide una oportunidad, me dice que ha comprendido todo y que siente mucho el daño que me ha hecho, me dice que ha tenido mucho tiempo parar pensar en lo ocurrido y se ha dado cuenta y comprendido por qué hice todo lo que hice, me comenta que no ha conocido a nadie más capaz de sacrificar el amor que tiene de esa forma, se acerca más y se dispone a darme un beso en la boca, como aquellos que disfruté tanto y tan bien sabían.

Sus labios se encuentran cerca de mí y la escena se congela.

Hay dos cosas que pueden ocurrir a partir de ello.

La primera es que rechace su beso, le digo que el tiempo ha pasado y que he cambiado, las cosas ya no son como antes y yo tampoco soy la persona que conoció en primer semestre y de quien se interesó en segundo.

La segunda es que acepte ese beso, que seguramente disfrutaré, después saldrán de mí lágrimas y le diga "Esperé tanto tiempo para escuchar estas palabras. Te quiero", olvidar todo el sufrimiento que pasé y unirme a ella otra vez, dándole una segunda oportunidad a las cosas.

Si tomo la primera vía entonces lo que dije antes es cierto: he superado esa etapa y puedo rechazarla con firmeza y confianza, defendiendo mis decisiones y sin trastabillar. El umbral de emociones ha quedado atrás, mis indicadores que demuestran la persona que soy están todos más altos de lo que estaban hace un año, hay más zona de color y la sombra negra que antes me asolaba está ahora coloreada.

Si, por otra parte, me guío por la segunda vía, significa que no he aprendido de mi dolor, no he entendido que un simple "lo siento, dame otra oportunidad" no compensa tantos meses de dolor en que cada día estaba lleno de lágrimas y ansiedad. No he entendido que no puedo aceptar a la que un día fue de quien estaba enamorada, pero no contaba con su atención y su comprensión. En caso de ser la segunda opción, no estoy afirmando que volver con ella sea un error, pero hacerlo así de fácil sí que sería una insensatez.


En la Historia se nos habla de la esclavitud en el Antiguo Egipto y en Roma, del Imperio de Gengis Khan y las voraces oleadas de terror de Atila el Huno señalándo aquello como la era de la esclavitud, sin embargo, cuando la sociedad más presume de ser libre y contemporánea, se desencadenan fenómenos como el holocausto nazi y el genocidio armenio, demostrándonos lo esclavos que somos ocho horas diarias de lunes a viernes.


Seguimos siendo nuestros esclavos mentales.


No es que un sujeto sea vanidoso, es que no ha superado completamente su etapa de narcisismo.

No es que de nuevo haya comenzado el mismo ciclo con Rosa Miriam, es que aún no he salido de esa etapa.

No es que la humanidad aún mate, discrimine y se hunda en un comportamiento imbécil, es que aún no ha dado el salto.

No es que hayas vuelto al calabozo, es que nunca te has ido.

jueves, 19 de julio de 2007

Hubo otro después de mí

Hoy acabo de tener un sueño muy significativo, pero por el contrario de ponerlo en el blog de Mis Pesadillas lo pondré aquí porque es en este sitio donde voy desenvolviendo toda esta historia.

Comenzó por un sueño burdo: hacía algunas cosas, tenía problemas y luego me vi en una noche oscura y lluviosa, formaba parte de un grupo de personas que investigaba un crimen y estaba con un viejo de postura firme y rostro concreto que parecía saber mucho, al parecer había implicada mucha agua, escombros de algo y un perro que quizá era entrenado.

Pero por alguna razón me salí del tema, aunque la noche y la oscuridad eran la misma.

Me encontraba leyendo respuestas de usuarios en un foro de internet, no sé de qué era el foro, ni de qué trataba el tema ni cuáles eran las respuestas, pero sí una que resaltó a mi mente, de Rosa Miriam.

Recuerdo que Rosa Miriam está en un convento para monjas en la CD de México, según me contó antes de irse, ella tiene permiso de tomar unas vacaciones con su familia unas 2 veces por año y pueden hablarle por teléfono o enviarle cartas, aunque evitando la frecuencia en ello.

Más no sé.

En su respuesta comentaba que ya venía de vuelta, que pronto, que ya deseaba estar con su familia.

Pero también leí que tenía un novio "un novio que me puso mi madre para" y se me nubla la mente cuando intento recordar el motivo. Pero por lo que leí y por visiones que tuve supe que su mamá le había buscado un novio para que anduvieran, comencé a hacer cuestiones "pero se supone que ellas guardan celibato absoluto" "¿es que aún se encuentra en un grado menor?".

Por visiones lo vi, era apenas un poco mayor que ella, tendría sus 19 años, era un poco apuesto pero nada sorprendente o que no se pueda ver en la calle, el punto es que en mi visión los vi como cuando dos enamorados se encuentran después de mucho tiempo: se acogen con un fuerte abrazo que los aprieta y los une más, y se sonríen mientras se ven a los ojos muy alegres.

Ella lo quería mucho, y aunque no fue ella quien lo conoció y lo eligió, se veía más que conforme.

Tenía novio desde hacía mucho tiempo y lo quería mucho.

Es extraño porque algo dentro de mí me dijo "debe tener unos 2 años de novio con ella, yo sin enterarme ni saber nada y ellos se estarían viendo y besándose, la prueba más contundente de que ya no formo parte de la vida de Rosa Miriam" y aunque todo figura verdad, el único contratiempo es que no será hasta por el 25 de agosto del año pasado si no mal recuerdo, aunque ese día cayó viernes y no recuerdo que fuera un viernes pero la fecha no estará tan lejos.

¿Es entonces, alguna clase de adelanto de lo que sucederá en el futuro? Lo pongo mucho en duda.

Sin embargo seguimos.

Me sentí muy decepcionado, ultrajado y pude palpar cómo mi corazón se hacía chiquito y se inflaba de aire.


"Yo no fui el ÚLTIMO novio que tuvo, después de mí hubo OTRO...

pero no importa... lo importante no es el lugar que uno haya ocupado ni el tiempo que haya tenido, sino los momentos que se vivieron con esa persona y que CADA DÍA se recuerdan con mucho cariño y se atesoran

pero aún así no puedo evitar sentirme tan mal, el simple hecho de ser el último me hizo sentir muy especial"

Fueron más o menos las palabras que me decía para consolarme mientras me sostenía con la mano el lugar en donde tengo el corazón. Realmente me sentía muy triste, y seguía hablando en voz baja y con algo de coraje, ¿o dolor?:

"Esto no debería pasar, ¡se supone que yo ya había superado esto! La recordaba, recordaba todos los momentos y mis sentimientos no se inmutaban, ¡por qué está pasando esto! Creo que mi pasado no se puede ir, no se quiere ir, creo que quiere perseguirme más tiempo. ¿Es acaso que nunca podré superar de definitivo esto?, ¡¿por qué aún después de tanto tiempo me duele?!"

Y no lo entendía, pero me dolía mucho. Rosa a duras penas y se acordaba de mí, sólo me habría visto como una pérdida de tiempo entre sus noviazgos y era a él, a aquel desconocido sin muchos méritos a quien amaba y admiraba.

Pasó un poco tiempo en el que seguí en medio de la oscuridad en la parte de atrás de mi casa, sintiéndome muy mal hasta que desperté.

Cuando abrí los ojos y me encontré acostado en mi cama con la luz del día ya fuerte no alcancé a reaccionar que todo era un sueño, seguía algo dolido y dudando de qué cosas eran verdad y cuáles no. ¿Qué me habrá querido decir este sueño? Me levanté e inmediatamente fui a la Pc a mover el mouse para que se recobrara la pantalla, abrí mi sesión en esta cuenta y comencé a bloggear.

Después de todo, aún no sé nada de la vida de Rosa, sólo que hace cosa de un mes más o menos se conectó y me dijo "nos vemos en julio" entre otras tres líneas en que me preguntaba por Sugey, y que días después una de sus primas me dijo por MSN que ella iba a venir uno de estos días, pero para eso ya pintaba julio sus marcas.