domingo, 22 de abril de 2007

Disparo

Hay una experiencia que rara vez recuerdo, pero cuando lo hago me estremece pensar y asimilar el orden que tuvieron los acontecimientos.

Aproximadamente medio año atrás, quizá por julio, agosto o septiembre, estaba en casa de un amigo, no recuerdo si estábamos estudiando o hablando sobre juegos o simplemente estábamos. De pronto a él se le ocurre traer una pistola que había en su casa. No recuerdo el nombre, pero era elegante, siniestra, de cañón largo y plateada. La vi atractiva y le dije que me la prestara.

Después de unas breves indicaciones sobre cómo funcionaba en vista de mi ignorancia para manejar algo tan simple, comencé a dar disparos a la nada mientras oía ese sonidito extraño y gracioso que producen al no tener qué disparar. Apuntaba y 'disparaba' a su pared, a unas fotos familiares que había y a otras cosas de menor importancia.

Él se la llevó y yo, con la mente cansada, pensando en varios problemas que tenía y sufriendo el calor que hacía, quedéme como en stand by y con una cara de angustiado de la que uno nunca está orgulloso, mientras pensaba en lo patética que era mi vida.

De repente él volvió con el arma y le pregunté no recuerdo qué (alguna idiotez sería), él me dijo un breve "está cargada" y luego me respondió la pregunta; no le hice caso ni a su comentario ni a su respuesta y de nuevo me puse a examinar el arma, a sentirla (porque he de confesar que me gustó mucho).

Volví a seguir apuntando a las cosas y luego le apunté a la cara. Me quise sentir más profesional así que decidí apuntarle exactamente en medio de la frente y tratarlo como a una víctima que está apunto de morir.

Él agudizó sus ojos.

Se me ocurrió jalar el gatillo y lo hice. Disparé. Vi cómo el sonido fue ligeramente distinto y, apenas escuchándose, él ya tenía las dos manos en su frente y una cara de dolor como el Hades dicta en su reino.

Se comenzó a quejar haciendo un ronco "aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhgghhh!".

En ese instante yo me lamenté y luego me la menté, con muchas ideas cruzando en mi cabeza. Justo en el momento en que las ideas y sensaciones se estaban reproduciendo nuevamente en mi cabeza, pero en cámara lenta, fue que agradecí a mi perra suerte que las municiones fueran bolitas de plástico en lugar de plomo y que la pistola fuera de juguete en lugar de ser real.

Al parecer él se molestó mucho (casi no lo demostraba pero sí era de notar, es por eso que me avergoncé más), tenía un punto enrojecido en su frente y estaba algo sudado.

-¡Te dije que estaba cargada!

No recuerdo qué argumento imbécil le habré respondido en aquel entonces.

Hice conciencia de las historias que debía haber sobre pubertos (o adolescentes también, ¿por qué no?) que habían cometido asesinatos por torpezas como la mía y medio recordé cuando me dijo "...está cargada...", ya que con el estrés que tenía no hice mucha conciencia.

Hice no otra cosa que lamentarme y pedirle perdón; después, en un acto desesperado pro aliviar mi conciencia, le dije: -A ver qué tanto dolor se siente. -Me alcé el pantalón, apunté a mi tobillo y disparé. El dolor fue tan agudo y profundo que me hizo soltar el arma y comenzar a apretar mi tobillo mientras apretaba mis ojos con fuerza.

Hay veces en que uno comete un error de este tipo pero con armamento real y tiempo después desea que ese error nunca hubiera pasado, que le gustaría recorrer el tiempo atrás para evitar cometer esa locura que cambiaría su vida para siempre. Es como si a mí me hubiera pasado eso, pero que conmigo el destino hubiera hecho una excepción y recorriera el tiempo, y cambiara las cosas creando un escenario donde en lugar de entregarme esa arma mortífera me hubiera entregado una de juguete y así el orden de las cosas cambiaría, dándome una segunda oportunidad; y es que creo que de haber sido un arma real la que hubiera tenido en mi mano, probablemente hubiese cometido un asesinato que hubiese dado un giro a mi vida.

Seguramente nunca podré olvidar lo estúpido que fui y la forma imbécil en que llevé a cabo las cosas, guiado por un negligente comportamiento de mi cretina mente.

Post como este, como el de Enfírmero y la pesadilla de Mi primer cadáver hacen que dude de mí mismo y sugieren la idea de que sería bueno que explore tantito más en mi mente.

miércoles, 18 de abril de 2007

A un año de aquellos momentos y de aquel estupendo primer beso con Miriam

Teóricamente es por estas fechas cuando se celebra el aniversario de mi primer beso con Rosa. No recuerdo la fecha exacta, pero sí que fue la primera semana que volvimos de vacaciones: tenía que ir a recoger mi permiso para poder ir de viaje a concursar y la historia ya contada como 3 veces. Ahora he regresado de vacaciones y mañana debo llevar firmado el permiso porque probablemente salgamos en la tarde, como a eso de las 7:00 pm tengo entendido.

Ahora es otra vida, dos nuevos concursantes, nuevas formas de ver la vida, problemas distintos (de hecho hace 1 año no tenía problemas graves que influyeran en mí).

¿Qué hacer por este aniversario?

Ya soy otra persona. Cuando comenzaba a llorar después del tiempo en que cortamos, y casualmente me daba cuenta que se cumplía N+1 mes más, no avistaba con claridad lo que pasaría a casi 1 año de aquellos sucesos que hasta ahora no he podido olvidar.

No siento ganas de llorar, ni de reír. Mis problemas me tienen tan absorbido que poco puedo dedicar a recordar aquel fantástico primer beso. Al parecer no haré nada para conmemorarlo, más que escribirlo en este blog y acordarme de los momentos inolvidables que pasé, de lo magnífico y especial que fue aquel día para mí.

Creo que la huella está marcada y sinceramente no siento más para decir, no hay muchos sentimientos que quieran salir a flote, de hecho este día ha sido de lo más normal; mis problemas personales y lo mal que voy en la escuela son problemas que me traen tan enfocado en ellos, girando en su entorno hasta que se solucionen, que no he tenido mucho tiempo para dedicarlo a sentir.

Por ahora no más que, aunque a menudo pienso y recuerdo a Rosa Miriam, me llega la sensación de que recordé el aniversario por accidente más que por dedicarme a rebuscar en el pasado.

jueves, 12 de abril de 2007

Extrasensorial II

Volvió a pasar.

Nuevamente me quedé en la madrugada, me levanté a medio día, me bañé y me fui a dormir.

Estaba recostado y algo relajado, mis ojos se fueron apagando poco a poco hasta quedar casi dormido: párpados pesados y muchas ganas de dormir.

No veía nada, estaba esperando hasta quedar profundamente dormido, todo era negro y de repente aparece un escenario encerrado en un círculo, en otras palabras, el escenario estaba cubierto por un círculo y todo lo demás era lo negro que uno ve cuando se acuesta y está al borde de quedarse dormido.

Estaba viendo el foco que está arriba de mi cama, apagado obviamente por estas alturas del día. El entorno era amarillento, como anaranjado. Sólo veía el foco que debería estar por arriba de mi cuerpo y un poco del cielo raso que estaba a sus alrededores.

Esta vez sí se me aceleró la sangre, a mi mente vinieron un torrente de pensamientos: ...esto es lo que me pasó ayer, lo que blogueé... ¿será que así ven los videntes?, ¿podrá ser que yo sea vidente?". Fueron varios segundos de intensos pensamientos que caían a mí como una agresiva tormenta de rayos. No podía creer que estando en mis cinco sentidos (bueno, los ojos los tenía cerrados) estaba proyectándose esa imagen.

Claramente estaba apreciando el foco que está arriba de mí, con su cielo raso al rededor y todo encerrado en un círculo que delimitaba lo que yo podía ver. Recordaba el diálogo que un personaje de una serie dijo en el único capítulo que vi (el primero, la serie era de un sujeto con alta memoria que comenzó engañando al FBI diciéndoles que era vidente): inventaba que en el mundo de los videntes las cosas eran incomprensibles y a veces sólo se veían objetos.

Mi cerebro, como queriéndome convencer, hizo que la imagen fuera desvaneciendo como un recuerdo: comenzó a tambalear cual espejismo, se fue diseminando el cielo raso que rodeaba al foco hasta dejar solamente al foco, que finalmente acabó borrándose para dejar todo a mi alrededor lleno de oscuridad.

Mi sangre sí estaba acelerada, yo no creo mucho en esto como ya había dicho pero no pude evitar pensar que el escenario que vi era totalmente idéntico al que estaba por en cima de mí.

Decidí no abrir los ojos y conservé la calma un rato más para luego abrir los ojos, pero no quise ni voltear a ver al cielo raso; no es que tuviera miedo, simplemente no quise hacerlo.

Como tenía aún sueño (ni había dormido casi) cerré los ojos nuevamente y fue cuando dormí a profundidad.

miércoles, 11 de abril de 2007

Extrasensorial

Tengo que confesar que soy escéptico, además de ateo, me muestro muy recio ante eso de los eventos divinos, pero no puedo negar que han ocurrido muchas cosas de ese tipo ante docenas de ojos como testigos, así que tampoco dudo en lo absoluto que haya fuerzas más allá de mi entendimiento y el de la ciencia (sin llegar a contradecirme).

¿Por qué esto?

En estos últimos días he andado algo extrasensorial, no sé qué implique exactamente esto o si se ha dado porque he estado sensible de sentidos pero ahí va.

Hace dos días (tres a lo mucho) estaba a medio día tirado en la cama, y es que en lo que va de esta semana me la he pasado contra mi voluntad aquí en la computadora durante todas las madrugadas (quisiera dormir, pero simplemente no me da sueño); apenas estaba escapando de mi siesta que habría tomado a las 5 o 6 de la mañana, estaba recuperando la conciencia y abrí mis somnolientos ojos.

No recordaba nada de lo ocurrido antes de que me durmiera y comencé a preguntarme cosas, ¿qué hora es?, ¿cuándo me dormí?, ¿qué pasó antes?, ¿habré dejado encendida la computadora? Y en realidad yo quería saber si tenía encendida la Pc, pues no recordaba ni lo que había estado haciendo, por lo que me dije en mis adentros algo como "¡Maldición! Me gustaría saber si esa cosa está encendida o no" y cerré tantito mis ojos por el sueño que parecía querer quedarse y comienzo a tener algo como un sueño-flash, una imagen centelleó en mi mente como si estuviera soñando, pero aún me encontraba en la realidad, ojos cerrados. Vi mi computadora, pero no el monitor (ni falta que hacía, pues siempre lo apago antes de dormir) sino por donde está el CPU y lo vi encendido, con el led amarillo que indica que la computadora está encendida, y en el campo (no volteé a ver) pude apreciar todas las cosas que están alrededor: el ventilador, las demás piezas de la computadora u mi módem 2wire con sus tres foquitos en amarillo.

Suspiré unas palabras en mi mente: "Hhmmm, si está encendida" y a medida que las iba diciendo, volvía a recobrar enteramente la conciencia abriendo algo los ojos, sin muchos deseos de ponerme en pie, así que quedé recostado otros minutos.

Después me decidí a pararme pero seguí con otra interrogante entre tantas: "¿qué diablos de hora serán?" y sin abrir los ojos volví a otro de esos sueños fugaces, pero ahora me encontraba con la imagen del reloj que está arriba de mi refrigerador, que puedo ver desde aquí y vi una hora marcada por las manecillas, creo que fue 11:57 y dije "¡¡Dddddiablos!!, ¡agghh, ya es tarde!" (tenía planeado levantarme a las 10:00 u 11:00 a lo mucho. Me recorté en mi cama otro tiempo muy breve mientras hacía conciencia del universo y me paré, hice una que otra cosa y fui a ver el reloj, el cuál estaba proporcionalmente bien al tiempo que pasó desde que, de alguna forma, lo vi: entre 15 y 20 minutos después de lo que soñé.

La computadora obviamente estaba encendida (raras veces la apago definitivamente, y como no recordaba ni lo que había hecho el día anterior, tampoco pude hacer cuenta de si estaba encendida o no. El caso es que estaba encendida pero con el monitor apagado.

Tanto cuando vi en mi mente a la computadora como cuando vi al reloj, no había oscuridad ni era la madrugada que abandoné, sino que la iluminación era tal cual a esa hora, como si fuera ahora a verlo (pues desde medio día hasta ahora el sol no varía mucho), por ello mi insistencia sobre lo real que fue para mí.

Es curioso pero no me sorprendí nada, apenas y me detuve a pensar en lo ocurrido pero no le di mayor relevancia en mis pensamientos que los 3 segundos que dediqué a ello.


Ahora: hoy.

Me entró un sueño casi incontrolable a las 5:30 exactamente, y digo 'casi' porque al menos tuve fuerzas para levantarme de mi cama al ver que se tornaba fuerte y apagar el monitor y la luz y volver ansioso de caer en el colchón. Me levanté a las 11:30, me bañé, desayuné y luego de hacer nada en la computadora por unos segundos me fui a la cama porque aún tenía mucho sueño. Eran la 1:00, o cerca de esa hora si mal no recuerdo. No tardé en caer como muerto.

Comencé a tener un sueño que terminó a las 2:30 de la tarde, momento en que, aún abochornado por el calor y retado por mis pesados y holgazanes párpados, me levanté a proseguir con la carrera de mi vida.

Vi un mensaje de chat entrante en la ventana del Kopete de una amiga el cuál decía 'ola' seguido de un "$CONTACTO has left the chat" indicando que me había cerrado la ventana.

Le respondí "Hola" y luego "Disculpa mi tardanza xD"; de ahí me dijo "ehhhhh", "apenas kontestas". Le pregunté y me respondió que me había hablado desde hace una hora o más. Eso me causó mucha gracia, me da risa la idea de que alguien me hable y yo le responda a las 2 horas con un "disculpa la tardanza".

Me reí.

(Minutos) más tarde lo comprendería: si escalamos el tiempo que pasó en mi sueño y el tiempo que realmente estuve dormido creo que el momento en que mi amiga me habló coincide con el momento en el que me di cuenta que la chica del vestido que es del color del cielo estaba junto a mí.

El mismo día de hoy, pero hace muchas horas, cuando recién comenzaba la madrugada, pensaba en saludarla la próxima vez que se conectara. Sentía y hasta ahora confío en que el momento en que ella me habló, aunque no lo supiera, de alguna u otra forma yo estaba con ella.

También es posible que cuando ella se dio cuenta de que yo no contestaría y cerró la ventana, el mensaje llegó a aquella chica misteriosa e hizo que se bajara del carro, sin fijarnos ninguno de los dos que el lugar que ella había elegido como parada era en medio del monte, en un lugar de la nada en esa autopista.

No es mi intensión llamar a esto un viaje extracorporal ni nada por el estilo, pero lo que sí creo es que nuevamente he tenido otro de esos sueños raros que ya he perdido la costumbre de tener.

martes, 10 de abril de 2007

En la madrugada

2:08 am

Intenté dormir para regular mi horario de sueño y no levantarme tan tarde pero no puedo evitarlo, la madrugada me llama, los ladridos de mi perro actúan en complicidad con mi mente, que se resiste a dejar de pensar y ante su siervo que yace acostado no hace más que evocar recuerdos, generar ideas y cabalgar en mis pensamientos.

-Oquei, lo intenté -me digo a mí mismo.

Y me levanto, enciendo el monitor y muevo el mouse para que cuando encienda la luz y me siente esté totalmente visible la sesión que dejé pendiente, y es que antes de ir a la cama únicamente le di al botón de ( | ) del monitor y apagué la luz.

Estoy sentado y decido escuchar música para evadir los estresantes ladridos de mi perro (chihuahueño, por cierto). Clickeé 'Random Mix' en el Amarok, le di play y comencé a escuchar Duality de Slipknot a un volumen de 50%, pues en la madrugada todo parece resonar no el doble, sino el triple de fuerte, es por ello que los ladridos de mi perro acuchillan gran parte de mis neuronas.

Le han seguido Faint de Linkin Park y ahora estoy escuchando Mr. Jack, de System of a Down, mientras me preparo para el lenguaje vaca.

domingo, 1 de abril de 2007

Es Gato y Araña a la vez

¡Genial! Quise hacerle una broma a mi gato y ahora estoy escribiendo con algunos problemas en mi mano derecha.

Resulta que venía entrando a la casa, quité la cadena de mi portón para poder entrar y prosigo mi camino hacia la puerta de atrás y me encuentro con mis dos gatos y mi perro rey, quienes en sus modos animalescos querían decirme algo, y al menos adiviné en los de mis felinos que querían comida.

Cuando estaba junto al gato más chico (que ni tan chico ya) quise ver si podía soportar el peso de la cadena, la cual es apta para mi normal portón pero tampoco es un monstruo de eslabones de hierro o acero, más bien es de las normales, que se pueden ver en casi todos lados (o quizá varíe en algunos países, dependiendo del nivel de seguridad, aunque no creo: de ser así la mía sí sería un monstruo con eslabones de hierro o acero). Oquei, le fui soltando poco a poco y gradualmente la cadena a mi gato por su espalda (estaba como que sentado, pero no justamente eso) y cuando terminé dejé mi mano cerca de la cadena por si notaba signos extraños.

Inmediatamente que retiré mi apoyo de la cadena vi que el animal se iba haciendo poco a poco hacia abajo, primero como que se quería zafar retirándose hacia atrás pero el peso le fue ganando y tirándolo hacia abajo y cuando vi que ya estaba casi acomodado en el suelo para ser ¿aplastado? exclamé murmurando "no manches!" y rápidamente usé mi mano para retirar la cadena de él.

Mientras le iba quitando apuradamente la cadena y se vio con algo de movimiento comenzó a zarandearse violentamente lanzando arañadas por todos lados y como mi mano aún estaba retirando la cadena sentí sus violentas garras darme zarpazos en mi palma; luego salió corriendo hacia atrás.

Sentí impacto primero, y después ardor, me husmeé la mano y vi un arañazo que cubría casi toda la raya curva de mi palma derecha, aquella de que se sirve el pulgar, y ya comenzaba a sangrar.

Abrí la puerta y me apresuré a dejar mi reproductor en donde debe estar, luego me puse a observar bien mi mano y vi que además de ella traía otras dos, aunque de menos presencia, por lo que fui por papel de baño y con un diurex mal improvisé una venda que corregiré apenas y termine de postear esto.

Tomé algunos cuadritos de papel, los doblé hasta que quedaron uno y le di vueltas con un diurex viejo que encontré alrededor de mi mano para que fijara el papel de baño, y es que lo enredé en forma de X, tal y como en aquella X (X): tres bucles desde la parte de entre mi dedo pulgar e índice hasta su antípodas y los otros dos o tres desde la parte de mi dedo meñique y el anular hasta el polo sur, casi en ángulo de 90 grados, y simétricos.

Con respecto al gato, no vayan a creer que fue de lo más vil que alguien puede hacerle a algún animal "indefenso", ya que si yo tan solo presintiera peligro en eso abortaría la idea, y para eso traía controlada la cadena, lo único grave ahí fue el susto que debió haber pasado el gato al sentir que esa cadena lo agarraba como anaconda, susto que medí por la intensidad de sus fieras garras.

Nada pasó a mayores, después de hacer mi venda les fui a dar de comer y no mostró temor ante mí, de hecho ni me miró a los ojos para ver el bote de whiskas que ya conoce y estar pidiéndome que le de ya.

Los dejo, voy a cambiarme mi gran venda.