martes, 10 de octubre de 2006

Rosa.txt

El primer texto que le mandé a Rosa para hacerla entrar en razón. Fue al día siguiente de haber terminado así que está fresco y detallado.




Voy a dejar en claro las cosas de una vez, desde el principio.

Cuando íbamos en primer semestre te hice saber que me gustabas, pero que no quería arruinar ninguna amistad ni perder a una amiga; afortunadamente las cosas salieron bien: pude hacerme la idea de que yo no te gustaba y el gusto que yo sentía (para entonces era sólo un gusto) lo pude esconder dentro de mí sin problemas (mas, nunca desapareció). Y así pude resistir todo el semestre sin ningún problema.

Y lo admito: me gustaba que los chavos me chingaran contigo, me sentía bien y estaba de acuerdo, además, aunque no me hubiese gustado me iban a seguir molestando así que para qué complicarse.

Luego nos pasamos al día del concurso de la OMI en que nos invitaste a comer a tu casa. Cuando te estabas bañando, Sugey aprovechó a preguntarme que si tú me gustabas, poniendo de pretexto eso de que era día de "trapitos al sol" y ella y Chiñas como que se pegaron más para escuchar mi respuesta; yo les dije que sólo eras un gusto, que sí sentía algo por ti pero era sólo un simple gusto, como el que sentía por Analí (cuando Analí y yo nos quedamos platicando en el parque acordamos en que mejor amigos y desde ahí me dejó de gustar. Fue como contigo en el primer semestre: quedamos en que no y la logré olvidar aún más fácilmente que a ti... espero que no se repita la historia, ya que vamos por ese camino) y con Sugey allá en tu casa quedamos en que eras sólo un gusto, pero no llegaba a tanto.

Te confesaré algo: cuando tú me comentaste que andabas con Josué "y que lo querías mucho y estabas enamorada de él" me fui haciendo la idea de que no eras para mí y pude seguir mi vida normal, pero aparentemente las cosas no quedaron olvidadas para mí. Un día te vi llorando y te pregunté que si estabas bien y qué te había pasado, tú me dijiste "no nada... NADA IMPORTANTE", por lo que parecía, al decirme eso, tú te estabas dando consuelo. Nunca supe lo que te había hecho llorar, pero el secreto es este: fui a preguntarte con el anhelo de que me respondieras "es que terminé con Josué", pero al escuchar tu respuesta y ver que Josué y tú se seguían viendo, mejor no le prolongué al asunto.

Ahora nos revocamos al día en que fuimos a comer a Domino's la Dominator. Fue al siguiente viernes, lo recuerdo porque habíamos quedado en reunirnos todos los viernes a chismear y pues Chiñas y yo habíamos quedado en que ese iba a ser nuestro viernes social (en los viernes que hacíamos antes eran de irse a jugar a una cancha de las jacarandas fútbol o luego jugar juegos y pedir pizza, cosas así, y se llamaban "viernes sociales" porque un día a Chiñas se le ocurrió esa forma de decirles así y yo me empecé a reír y le seguí diciendo así hasta que se quedó de Viernes Social).

Y fue ahí donde comienza lo que no he llegado a entender: cuando se me cayó un poco de pizza en la pierna, cogiste una servilleta y me la limpiaste; al tiempo después, recuerdo que me diste de comer una mordida de pizza en la boca; ¿por qué a mí, si tenías a Vladimir a un lado, más a la mano y se suponía que nosotros dos no nos gustábamos (lo que yo sentía por ti era un simple gustito, nada más, y creo que tú de plano me veías como amigo?, y esa es mi duda, ¿por qué pasó eso? Y lo reconozco: me agradó mucho que hicieras eso.

Después pasamos al parque y los chamacos decidieron dejarnos solos a nosotros dos. Yo estaba jugando Arcade Boy y tú te recostaste sobre mí, y yo seguía sin entender ¿por qué? Pero seguí las cosas porque sí, crucé mis brazos sobre ti para jugar porque quise hacerlo, y todo el tiempo en que estuvimos así me la pasé agradable.

Después que nos pasamos a la banca y nos sentamos, tú me hablaste de las quemaduras que tenías en tu piel, y yo no pude aguantar las ganas, por eso fue que pasaba mi mano sobre ellas... como pretexto; la realidad es que acariciar tu cara aquella vez, cuando me mostraste las que tenías en la nariz, me hizo sentir muy bien.

Al final, cuando te ibas a subir al taxi y nos íbamos a despedir de beso, calculé lo que estábamos haciendo y vi que nos íbamos a dar un beso en la boca y me acordé que el viernes pasado que se hizo el concurso, me estaba despidiendo de Lucero y accidentalmente nos dimos uno en la boca, que no fue nada notorio, porque entre nosotros dos eso fue sólo un chusco accidente, además de que ni ella sentía algo por mí ni yo por ella, sólo amistad, como hasta el momento, y pensé en que ese beso que nos dimos tú y yo iba a ser un accidente como el de Lucero, por eso es que desvié mi boca para que nos lo diéramos en la mejilla, pero me saqué de onda cuando me mandaste el mail en el que me decías que te perdonara por lo que había pasado y que no tenías cara para volver a verme. No pensé que fuera aquella tu intención.

La etapa que siguió después de esa fue cuando estabas en México y nos comunicamos por chat y correos electrónicos. Tú me dijiste que yo te gustaba mucho y que habías sentido algo fuerte por mí, ya lo recordarás, y yo la verdad es que pensé que lo tuyo era sólo un juego, que no lo decías tan en serio, y que si en realidad sentías algo así por mí, era por la emoción de lo que había pasado en el parque, que no había sido más que un buen rato que pasaste y que lo estabas confundiendo con el amor. Desde mi punto de vista eso fue lo que pasó, porque yo también sentía algo más por ti, como que lo que escondí en el primer semestre estaba volviendo a despertar, pero yo tenía miedo.

Lo que creía era que los dos nos la habíamos pasado bien y que lo estábamos confundiendo con algo más, fue por eso que pensé que lo tuyo no era serio, y te dije que sólo eras un gusto porque no quería seguir haciéndome ilusiones contigo. Pensé que todo eso se iba a pasar e íbamos a seguir como siempre. Cuando volvimos a chatear tú me dijiste que algunas cosas eran mentiras, que no era cierto eso de que yo te gustaba mucho, y cuando leí eso me dije "ya sabía yo que lo nuestro sólo había sido una experiencia fugaz y nada más".

Además, en aquellas conversaciones te había comentado que no me gustaban las relaciones en el salón porque luego ocurre que cuando terminas con tu pareja no se hablan, y como son del salón, pesa más porque la estás viendo todo el tiempo y están conviviendo así en la misma aula, y eso era a lo que tenía miedo, a que nos llegara a pasar eso.

Luego quedamos en que "amigos con derecho". Eso te lo propuse para darte confianza; tú me insinuabas que querías darme un beso: me mandabas esos besotes por MSN y yo te decía que "gracias" y tú me dijiste que sería mejor uno de verdad, y yo te decía que sí porque... sí quería uno tuyo, mas tú me recalcabas que eso era imposible porque éramos amigos y eso no podía suceder entre amigos y, era imposible, por eso yo te propuse lo de los amigos con derecho; desde mi perspectiva, nosotros sí podíamos darnos un beso, aunque fuéramos amigos, no sé por qué debía ser imposible, si los queríamos, pero como a ti no te parecía, te propuse lo de los amigos con derecho, que como vez, es exactamente ser amigos pero con la confianza de abrazarse y darse besos, o sea, es nuestra misma amistad pero con abrazos y besos, sólo le pones otro nombre y ya, por eso no entendía por qué me decías que era imposible: claro que es posible que nos demos besos siendo amigos, sólo que a eso se le llama ser amigos con derecho, exactamente lo mismo pero con otro nombre.

Y el día en que volvimos a clase después de vacaciones, esa misma semana yo tenía que sacar mi permiso para ir no recuerdo si a Veracruz o a Xalapa, una de esas dos. Los demás se fueron al centro de cómputo y tú decidiste esperarme; yo veía con mucha decepción que el trámite para elaborar los permisos era demasiado largo y me sentía mal al dejarte sentada esperando, por eso es que fui contigo para acompañarte. Ya ni me importaba si tenían o no los permisos, pero no quería dejarte sola aburriéndote y desesperándote.

Me acuerdo que nos pusimos a platicar de cosa sin importancia y tú cada 5 segundos repetías que Chiñas y yo éramos homosexuales (por suerte logré cambiarlo a "bisexuales"). Después, recuerdo que en un tope accidental, cruzamos nuestras miradas, y como estábamos muy cerca, ambos (o al menos yo) como que nos fuimos acercando con algo de temor hasta que nos dejamos llevar y nos dimos un beso bien largo. Cuando terminamos, yo te seguía abrazando y tú recargaste tu cabeza sobre mi hombro, ambos guardando un silencio, al tanto que en mis pensamientos me decía que, desde ese preciso instante, tú y yo habíamos roto una barrera y desde aquel entonces las cosas entre nosotros ya no iban a volver a ser igual.

Me acuerdo que nos seguimos dando besos que yo disfrutaba mucho. Luego nos fuimos al centro de cómputo para esperar a los demás y seguimos haciendo lo mismo, pero yo aún estaba balanceándome en un hilo de incertidumbre, y perdí la cabeza totalmente, me dejé llevar y no pensé en si alguien nos veía o no.

Fue desde entonces cuando comenzó otra etapa de ir al parque a platicar.

Siempre en el salón en el receso tú me buscabas y me agarrabas las manos, o me dabas abrazos y hasta besos cortos. En el parque buscábamos la oportunidad de sentarnos juntos, algo lejos de los demás, y comenzar a besarnos. Tus besos cómo los disfrutaba mucho, no quería que acabaran nunca, pero pues no podíamos seguir así por el resto del día. El momento que menos me gustaba en los días de clase era cuando tú y Sugey se tenían que ir a sus casas... definitivamente me desagradaba cuando llegaba la hora de la despedida, porque a mí me gustaba abrazarte y besarte.

Y aquí es donde te hago otra confesión: y es que tenerte entre mis brazos y luego besarte era lo que más me gustaba hacer, disfrutaba al máximo.

Eso de estar contigo, agarrarte de la mano, abrazarte, besarte, era magnífico, una vida espléndida: en los recesos me venías a buscar (a veces era yo pero la mayor parte del tiempo eras tú), me agarrabas de las manos y una que otra vez nos abrazábamos en el receso, después al parque, solos, tomados de la mano, luego abrazados y después... darte besos bien largos.

¿Qué más podía pedir?

Me gustaba cómo se daban las cosas entre nosotros.

En uno de esos días en que andaba pensativo sobre lo bien que me sentía, recordé unas palabras que acordamos por MSN; las había ignorado todo este tiempo pero de repente brotaron en mi cabeza: "cuando alguno de los dos tenga novio, se acaba esta amistad".

Bueno, al menos yo no quería estar con alguien más pero... volteaba y te veía platicando con tus amigos de la escuela (apuesto el cuello a que la mayoría eran "primos" tuyos) y veía que varios como que se te acercaban mucho y las intenciones eran obvias; recuerdo que uno de esos días que yo había llegado tarde para química estaba sentado en las escaleras y un chavo me preguntó que si yo era tu novio, y le dije que no, después me preguntó que si tenías novio y le dije que no sabía y ahí quedamos. Ese mismo día vi que cuando salías del salón, ese chavo se te acercó mucho y te dijo algunas palabras sonriéndote.

Y yo recordaba del acuerdo que habíamos hecho por MSN.

Fue por eso que quise aventarme al riesgo, pero primero tenía que tener en claras algunas cosas. Necesitaba saber si lo que sentías por mí era algo de lo bueno o si sólo estabas jugando. Recuerdo que varias veces te expliqué los motivos por los que pensaba eso, pero por el momento no logro acordarme de ellos. "Si resulta que soy, en verdad, alguien especial para Rosa, me lanzo a lo grande, pero si no, mejor me voy olvidando de ella antes de que las cosas se vuelvan en verdad peores". Fui a tu lugar a hacerte aquella pregunta pero me pusiste en espera porque tenías cosas importantes que hacer como ir con Sugey a comprar.

Bueno, afortunadamente logré contactarte y fue cuando te dije que me pusieras en mi lugar y me dijeras qué tanto te gustaba y qué era lo que sentías por mí: "pues es sólo un gusto, antes creía que iba a ser algo fuerte pero luego me di cuenta que no eras más que un gusto". Eso no era bueno para mí y tenía ahora que hacerme la idea de que no ibas a ser mía, que yo era sólo un gusto. Por eso fue que decidí acabar lo de los amigos con derecho, porque no podía seguir haciéndome falsas ilusiones, sino que debía olvidar todo lo que sentía por ti y evitar que las cosas se pusieran peor.

Cundo terminó un homenaje, recuerda que te jalé el brazo y te dije que quería que terminara lo de los amigos con derecho, y tú me dijiste que era un tonto, que no entendía las cosas, que tú sí sentías algo bueno por mí, ¿y qué querías que pensara? Primero me dices que yo sólo era un gusto pero que se iba a pasar pronto, y luego me llamas tonto y dices que no alcanzo a entender lo que sientes por mí. Algo ahí andaba mal.

Cuando te fui a dejar a tu casa, después de que fuimos al centro, te dije todo lo que sentía por ti, te nombré los aspectos que me atraían, y me dijiste que sólo era una ilusión mía, que no era verdad y que se iba a pasar, pero yo no lo creía.

Lo que vino después, según recuerdo, fue que un viernes no iba a haber clases pero quedamos en vernos en el parque, fue el día en que no pude ir porque tuve problemas con mi mamá. La noche anterior había chateado con Chiñas para ponernos de acuerdo e irnos juntos, y él me dijo "oye, si Rosa te pregunta algo extraño sobre mí le dices que no sabes o le inventas algo. El lunes te cuento", y yo me dije "cómo diablos espera que le diga algo si no sé ni de lo que me está hablando", pero de cualquier forma no pude ir.

Después tú me preguntaste por chat si yo creía que a Chiñas le gustaba Sugey y yo con toda seguridad te respondí que no, porque estaba con la idea de que a Chiñas le gustaba Astrid. Pero ya fue el lunes siguiente que Chiñas me contó todo, y yo me saqué bastante de onda porque ni siquiera me imaginaba eso.

Mientras tanto, yo estaba aclarando las cosas contigo sobre lo que en realidad sentías por mí, pero dudando de si me decías la verdad o no, hasta que te creí que en realidad yo te gustaba mucho. Decidí entonces ir a lo grande.

De ahí en adelante, estaba yo pensando en si lo mejor era declararte lo que siento y pedirte que fueras mi novia, o dejar las cosas así para evitar algún dolor que llegara a ocurrirnos, pues me gustaba mucho la amistad que llevábamos. Pero fue el día en que las fuimos a acompañar a ti y a Sugey, el día en que Rodrigo se vino con nosotros. Te comenté que aquel día yo tuve varias oportunidades para hacerlo, pero por estúpido las desperdicié.

Después de que ustedes se fueron, nosotros pues fuimos con todo normal, hasta que Rodrigo se tuvo que ir al Tec fue que a Chiñas y a mí nos dio por hablar de lo que estaba pasando.

Chiñas me comentó que ya no aguantaba más, que iba a explotar si seguía teniendo "eso" en su cabeza, y luego me dijo que ese mismo día pensaba declarársele a Sugey pero que no pudo porque Rodrigo no los dejó ni un momento a solas, entonces le dije que yo también pensaba decirte eso a ti, y él pensó que era un sarcasmo, que yo me estaba burlando de él, y no me creía, hasta que le dije que era en serio, que eso pensaba hacer pero que no pude. Que lo iba a hacer mañana, y ahora sí no iba a perder oportunidad, y luego le propuse que hiciéramos dos reuniones en privado con ustedes para decirles ese mismo día; la verdad es que, indistintamente de si él aceptara o no, yo te lo iba a pedir al siguiente día porque, como te comenté, ya llevaba un tiempo planeándolo, sin saber nada de lo de Chiñas, y pues él dijo que sí, por eso fue que yo te llamé a ti y te dije que deberías ir porque tenía algo importante qué decirte. Pero él y yo nunca hicimos planes para hacerlo, sino que fue algo que yo le propuse al ver que él también quería hacer lo mismo, mas, de nuestra parte nunca fue juego ni nada.

Es pues, que yo me declaré y tú me preguntaste "¿y si no funciona?" y yo te dije "quiero intentarlo" porque sí: quería intentarlo. La principal razón que me movió a hacerlo fue que, como ya te expliqué, me gustaba mucho nuestra forma de tratarnos cuando éramos amigos con derecho: nos buscábamos y platicábamos, luego yo te abrazaba y comenzaba aquel momento mágico, quería que las cosas siguieran así pero con una diferencia, que ahora yo tuviera el derecho de decir con seguridad y satisfacción que "eras mi novia".

Sucede que a partir de que fuimos novios las cosas cambiaron, yo no quería que fuera así, pero pues noté que nos volvimos más distantes, tú ya no me buscabas tanto como antes ni platicábamos de la misma forma. Te comencé a sentir distante, como que ya no me hacías el mismo caso que antes. Fueron algunos días en que me sentí así: sólo platicábamos unos momentos y luego salías con Sugey a vagar a no sé dónde. Únicamente en el parque tenía un momento de privacidad contigo.

El día en que te íbamos a invitar al cine, le agarraste la mano a Sugey riéndote y se fueron para volver más al rato, aunque aquí no las culpo de eso porque ni siquiera sabían lo que les íbamos a decir.

Fue en el cine, y después de que salimos, cuando me sentí especial, realmente sentí que, a pesar de que pasara todo lo que pasara, lo nuestro podía ser algo mejor, y que de verdad valía la pena. Me gustaba decirte al oído lo mucho que te quiero.

Pero de ahí en adelante nada: en los días siguientes de clases te seguí notando igual de adversa: tú andabas en tu mundo y cuando te acordabas de mí venías hacia mí y estábamos como un minuto o menos juntos, parecía que cada uno tuviera su propia vida, sin mezclarse con la del otro.

Y fueron varios días los que me sentí solo, era como si yo no tuviera novia. Y no fue un día, fueron varios los días en que no sentía ya acercamiento de tu parte, como cuando éramos amigos con derecho.

Fue por eso que decidí dejarte de hablar: para que te dieras cuenta de lo que se siente que quien se supone es tu pareja, no te tome casi en cuenta y en cambio se centre en su mundo; no sé lo que hayas sentido, pero al menos yo sí me sentía muy mal al ver que no me dabas importancia, no sé por qué cambiaste tanto desde que inició nuestra relación.

Para mí no fue placentero eso de no hablarte. El primer día sí lo logré cumplir sin problemas porque tú ibas a buscarme para preguntarme que qué era lo que tenía, y luego me besaste en el parque; aunque yo no te respondía los besos, eso no quitaba que los disfrutaba muchísimo, y eso fue de gran ayuda, pero al día siguiente que no tuvimos ninguna clase de contacto y ni siquiera te hablé, fue que me comencé a sentir mal conmigo mismo, pero me dije "no importa, si después de esto nuestra relación mejora, habrá valido la pena todo lo que ahora estoy pasando".

Así que, con el corazón latiendo temblorosamente, me la pasé el resto del día en mi casa, e inclusive hice un record en terminar el examen y fue cuando salí a prisa a buscarte, preguntándole a todos los que veía a fuera que si sabían dónde estabas; realmente yo no me encontraba bien, estaba en la incertidumbre de saber si mi sacrificio había funcionado, hasta que te vi y vi lo mal que estabas: ibas platicando con Sugey, caminando con calma y riéndose las dos de no sabré qué.

Lo demás ya lo sabes: la charla que tuvimos, e inclusive puedes recordar y apreciar lo mal que estaba cuando intenté explicarte el porqué de lo que hice, pero tú no sólo no consideraste mis motivos, sino que encima de eso me hiciste quedar como culpable. Es decir, yo te dejé de hablar para que sintieras lo que yo siento todos los días y así ver si me pones más atención y tú me dices que lo hice a propósito, que no me preocupo por ti, que no me importas...

Después me dices que estabas entre si cortarme o no, y pues te dije que lo pensaras. ¿Valió la pena todo el esfuerzo que hice porque te dieras cuenta de que lo nuestro iba por buen camino? la respuesta que me dice responde a esta interrogante: "mira, estoy dispuesta a olvidar lo que pasa, vamos a seguir como antes, pero si vuelves a hacerme algo así, ahora sí terminamos". Me pasé verdaderos momentos de angustia sin hablarte (porque fue duro para mí el ignorarte) ¿y tú me dices "vamos a seguir COMO ANTES"?

Eso no me hizo sentir bien, y sin embargo acepté la condición que me pusiste. OK, no sirvió de nada lo que hice, y prometí cambiar de estrategia: ahora, en lugar de eso, intentaría ser mejor contigo, tratarte bien, hacerte saber que te quiero mucho para que tú me tuvieras confianza, porque ya me habías dicho que tú no me tenías nada de confianza y con lo anterior ahora resulta que no me interesabas ni me preocupaba por ti. Había hecho un acuerdo conmigo mismo, que era tratarte mejor, tratar de comprenderte y ser mejor, para ganarme tu confianza y tu credibilidad.

Y, ¿cómo podía poner en práctica eso si aún así, al "seguir como antes" te seguías yendo con Sugey con todos tus "primos"?, ¿qué oportunidad tenía de demostrarte que en realidad te quería si casi nunca estabas conmigo?

A pesar de todo eso traté de entenderte e intenté llevar una relación en la que casi no nos hablásemos, pero no salió, no pude hacerlo porque no comprendí por qué las cosas debían ser así.

Y después las cosas empeoraron: además de que me hablabas menos, ni siquiera en el parque podíamos estar los dos, sino que debíamos ser como un par de amigos que se incorporan con los demás.

Ahora, la última etapa, comienza desde hace unos pocos días que viniste el martes después de faltar el lunes. Fui hacia ti, te saludé de beso en la mejilla (que no contestaste) y te pregunté que "qué tal" pero no recibí respuesta, y de hecho ni siquiera me volteaste a ver. Después fui a traerte una silla para que te sentaras y cuando te la dejé y puse tu mochila sobre ella, nos cruzamos en la entrada al salón; no esperaba que me dieras las gracias, pero que la menos me sonrieras como saludo, pero ni siquiera me volteaste a ver, y de hecho te pasaste de largo y te fuiste a sentar.

Otro día, creo que fue cuando te heriste la pierna, aquel día intenté hablarte, pero sólo tuvimos cuatro formas de comunicación: la primera, cuando yo te saludé con la mano desde el fondo del pasillo, cuando estaba sentado en donde Chiñas se pone a cantar y tú, que ibas entrando al salón, sólo le alzaste las cejas y ya. Otras dos veces yo te saludé y te dije "hola" y en las dos me respondiste con un "¿no sabes dónde está Sugey?" o "¿y Sugey?" para irte en cuanto te respondí; en la segunda vez que me preguntaste eso fue cuando yo te dije que estaba ahí abajo y tú me mandaste a decirle que te esperara.

Y la última que recuerdo fue cuando saliste de la clase de Cándido para ir a no sé dónde; yo estaba preocupado por el estado de tu pié y te iba a preguntar si ibas a la enfermería o algo, pero apenas y te dije "Rosa..." (porque hasta eso, ni me volteaste a ver) y sólo me respondiste con un "espérame..." sin voltearme a ver tampoco, y con un gesto discreto con la mano. Para acabar ese incómodo momento te pregunté "¿a dónde vas?" y me dijiste "abajo", y ahí acabó, pues cuando regresaste tampoco me volteaste a ver.

Hasta el momento, con todo este texto yo ya tenía suficientes motivos para sentirme mal, pero aquí no acaba la historia.

Aquel día en que te fuiste de ray con otros de tus tantos primos (no sé de dónde saldrán tantos), pero al menos creo que debiste haberte tomado la molestia en avisar que lo hacías porque te sentías cansada, no gritar con prisas que "allá las alcanzáramos", y fue ese día en el que yo pensaba proponerte que si mejor te llevo a tu casa, para que descanses. Lo que pasa es que Chiñas me comentó algo que no sé si sea verdad: "ella va al parque sólo por ti", cosa que no sé si creerla o no, y después me aconsejó que mejor te acompañara a tu casa para que no te cansaras tanto... y así acabaron las cosas.

Pasamos al jueves. De ese día obviamente no hay que decir mucho porque tampoco me hablaste casi nada, y lo poco que haya ocurrido no lo recuerdo.

Antes de irnos fui a verte para preguntarte que si te ibas o te quedabas (quería esperarte) y dijiste que ahorita nos alcanzabas, que tenías cosas qué arreglar (no tengo problema con eso) y como paso siguiente me empujaste por la espalda diciéndome "adelántense" mientras yo pensaba "hace unos días me reclamó que no la esperé". Bueno, pensé en que no debería tener problemas con eso, así que me fui a alcanzar a los demás, que creí estaban en el parque pero los vi en las máquinas y me senté con ellos a esperarte.

Yo tenía la idea de que cuando vieras dónde estábamos ibas a venir aunque sea a decirnos que nos apuráramos (y eso ya era mucho porque somos nosotros los que la estuvimos esperando) pero, ¿qué ocurrió?, sólo me dijiste "Adiós" y te pasaste de largo; no sé qué tenías en la cabeza pero si creías que después de haberme echo eso iba a ir corriendo a alcanzarte... "¿y ésta qué se cree?" pensé, por eso fue que ni siquiera te respondí el saludo y dejé que te fueras con Sugey, que también tenía por compromiso moral el quedarse a esperar a Chiñas, pero con ellos no me meto.

Y no es que me "enoje por cualquier cosita" sino que, son aquellos pequeños detalles los que mostraban la realidad de nuestra relación.

Ya en ese entonces pensaba en todo esto que te estaba platicando y ya estaba con que quería terminar la relación pero me dije "no, no, tranquilo, no tomes las cosas así, espérate al parque, quizá allá se solucionen las cosas de alguna manera". Y yo que me la anduve pensando varias veces antes de hacerlo porque no te quería dejar sola en medio de tu mal del corazón, quería estar contigo apoyándote y por eso hacía intentos de mejorar lo nuestro. Esperaba a que me dijeras algo en el parque, y he aquí lo que ocurrió:

Fui al parque para ver si me decías algo, pero ni siquiera me volteaste a ver, estabas platicando con Mireya y cuando llegaron los chamacos te pusiste a platicar con ellos. Yo recordé las maravillosas veces que pasábamos de amigos con derecho, cuando tú ibas hacia mí y luego comenzaba todo, así que me retiré a otro lado de la banca para ver si ibas, pero nada, nada de nada. En todo el tiempo que estuviste ahí parecía que nada más éramos compañeros de grupo, nunca tuvimos un momento a solas, y vi que las cosas no eran como antes, entonces me dije realmente muy triste: "no, lo siento pero las cosas no pueden seguir así, esto se termina aquí" y fue cuando te llamé; vi que ni siquiera querías venir, al parecer no te interesaba demasiado lo que te tenía que decir (fuera lo que fuera, preferías estar con los demás) y para acabar de una vez, al ver tu indiferencia, te dije "ven, va a ser algo rápido" y fue que viniste.

Te dije lo que te dije y con asombro vi que tú, con una sonrisa en la cara, me respondiste "¿quieres que termine?... bueno" y sin más ni más volviste con Mireya a platicar, como si nada hubiera pasado. Fue ahí cuando pensé: "ya me imagino lo feliz que la puse, apuesto a que estará pensando que le ahorré la molestia de hacerlo ella primero" y hasta ahora eso pienso, que el que yo te haya terminado fue lo mejor que te pudo pasar, que te ahorré la molestia de hacerlo tú primero.

Y hasta pude ver cómo, antes de los 5 minutos de que tú y yo terminamos, corriste a abrazar al oso pero ahora con toda la confianza, al igual que al día siguiente.

En aquellos momentos estuve bien, afortunadamente no me puse triste, pero después, cuando estaba en mi casa, en la tarde, fue cuando me empecé a sentir mal, y esperé a ver qué pasaba al día siguiente.

Yo iba con la esperanza de que me dijeras algo, de que quisieras aclarar las cosas, y es que me dije "después de todo lo que ella me ha hecho, no es justo que sea yo el que vaya a rogarle o a pedirle disculpas, ¡no! esta vez no seré yo. Ya estoy cansado de ir con ella para quedar en mal". Todo el día anduve triste, pero no triste por nuestro rompimiento, sino por lo tonto, estúpido... por lo idiota que fui al pensar si quiera que te importaba.

Veía que el día aquel (el viernes siguiente) te la pasaste normal, igual que cuando éramos novios: ni siquiera me hablaste y hasta te veía con Sugey a las grandes risas, teniendo el mejor día de tu vida. Además, luego vi que un chavo te andaba ligando, y ya sería mucho que me dijeras que es tu primo, porque era obvio lo que estaba haciendo, así bien cerca de ti, y tú también muy platicadora con él.

Eso fue lo que me mantuvo triste: el hecho de ser tan ingenuo e imbécil al atreverme a pensar que a ti te importaba lo que estaba pasando, veo que tú puedes seguir con tu vida normal, como si nada hubiera pasado: ese es el amor que decías tenerme.

Me dijiste que a ti te gustaba que los hombres te agarraran las manos y te abrazaran, y yo con amargura lo acepté.

Te dejé de hablar dos días para que sintieras lo que yo y ver si nuestra relación mejoraba, pero quedé como culpable, además de aceptar "seguir como antes".

Me dijiste que tú no me tenías nada de confianza, y a pesar de ello yo sí confiaba en ti.

Me dijiste que tú no me preocupabas en nada, y te hablé por teléfono cuando estabas enferma, y te fui a ver a tu casa para que te dieras cuenta de que no era así.

Cuando me viste sentado en la paleta de la silla donde estaba Christian, no sé si te enojaste, pero fui a estar junto a ti todo el tiempo en que estuviste haciendo tu tarea, aunque estuvieras enojada, al contrario de ti, que cuando lo del ray que te dieron, sólo venías conmigo por ratos chiquitos y separados, y luego te ibas con los demás, como si nada hubiera pasado. Yo estuve contigo todo el tiempo acompañándote, a pesar de que tú, al verme igual que yo a ti, me dijiste que todavía me ponía mis moños.

Intenté pedirte perdón por mi carácter, admitiendo que yo no te sabía tratar "como te merecías" y tú sólo: "¡pues ya qué!".

No sabes cómo me aflijo cuando insinúas que ya te quieres morir, mientras tú parece que disfrutas de decirme eso.

Realmente yo ya estoy muy cansado de todo, eso, de sufrir tanto por ti. Por las tardes me ponía a jugar juegos de pantalla completa para olvidar la tristeza que sentía, y fue en una de esas depresiones cuando admití, con toda la rabia que podía tener, que estaba Enamorado, que era lo que yo no quería. Antes te había dicho que tú me gustabas muchísimo, pero no estaba enamorado, pues, de estarlo, sufriría muchísimo al verte, y ahora entiendo por qué ando deprimido: no quería enamorarme de ti y lo hice.

Traté de ser mejor y acomodarme a ti, para recibir de recompensa tu adversidad.

El viernes, al ver con toda desilusión que tú pudiste seguir tu día totalmente normal, pensé en que ya era mucho mi sufrimiento: mientras tú andabas a las risas con tus amigos, Christian me andaba echando ánimos, la profe Tere lo notó y me preguntó que qué me pasaba y le dije que 'nada' porque sentía que si le contaba algo iba a estallar. En la tarde, Astrid me dijo que me había notado triste, y que Mireya también se lo había comentado, yo no pensé verme tan mal como para que tantas personas se dieran cuenta.

Y Christian, la que supuestamente te hizo enojar (si es que te enojaste, porque la verdad sería mucho que tú te enojaras por algo que YO hiciera) fue la que al rato estuvo animándome para que me sintiera bien, a la que medio le platiqué la situación.

Pasó justo lo que no quería, lo que me esforcé tanto por prevenir: que no me desilusionaras al estar yo enamorado, no quería enamorarme y terminar así, pero fue inevitable.

Ahora que veo que no te interesa nada, y que no hiciste ni harás ningún esfuerzo por hacer nada, creo que es tiempo de comenzar a olvidar todo: a tragarme todo el amor que siento por ti.

Un día me dijiste que por no hablarte me ibas a hacer lo mismo, pero peor, que me ibas a hacer sentir peor de lo que yo te hice sentir a ti, y si esta es tu venganza, pues déjame decirte que te quedó muy bien.

Ya me imagino: no vas a tardar en tener otro novio al que ya le estarás dando oportunidad, y, aunque anduviéramos todavía, apuesto la cabeza a que si algún chavo te invitara al cine o a salir, no necesitarías ni pensarlo dos veces para decirle que sí.

De veras que fui un verdadero idiota al pensar que esto te podía importar.

Yo ya no quiero sufrir más, por el momento sólo quiero olvidar.

1 comentario:

  1. Esto de los primos es nefasto... al parecer tú también lo fuiste. Un primo más.

    Ánimo! Arriba y adelante...

    ResponderBorrar