viernes, 4 de enero de 2013

Solución explosiva

Hoy le acabo de gritar a la ***** de al lado lo que se merecía. Bah, en realidad menos, pero algo es algo y al menos conseguí desquitarme, y que le bajara a su música.

Anoche ella volvió a la casa.

Como de costumbre se pelearon y ella se fue de la casa; la ley ahí es que el vecino es el que compró la casa y ella no tiene participación en ninguna decisión, ya lo he oído varias veces entre sus gritos.

Desde la mañana llevan escuchando música todo el día, con pausas de MINUTOS (creo que nunca llegaron a completar una hora de silencio), incluso si los niños quieren ver tele, la tele se prende aún con el estéreo a todo volumen, pero eso no es nuevo, se oyen frecuentemente el televisor y el estéreo sonando a la vez. Los he tolerado porque el volumen era moderado, aunque con tendencia a alto. Sin embargo es ahora en la noche, pasadas las 10 pm, cuando se le ocurre subirle hasta arriba el volumen. El equipo que tienen es potente y no creo para nada que eso fuera todo, pero para dar una idea: sus puertas y ventanas estaban cerradas, las mías también, y aún así se oía muy fuerte aquí donde estoy: la música disco y MI casa vibrando por todas partes.

No iba a contestarle con música también, ya es demasiado noche y terminaría afectando más a mí y a los vecinos que a ella, porque con ese nivel de sonido a penas e iba a percibir lo que quiera que le pusiera.

Sin embargo estaba muy desesperado; desde las 9 le subió a un volumen que yo considero alto pero lo dejé pasar pensando en que en cualquier momento apagaría ese sonido. Fue como a las 10 que le dio otra subida llevándolo a niveles que solo se ven en fiestas. ¡Todo vibraba!


No lo pensé más. No había qué pensar.
Salí al patio trasero buscando algún palo de escoba o cualquier cosa parecida. Encontré un pedazo de palanca firme y más sólido que los otros palos de escoba que estaban cerca. Abrí la puerta lateral (ambos tenemos una puerta lateral, una frente a la otra, separadas solo por una bardita), me subí como siempre me subo cuando necesito ir arriba de la casa, pero me detuve en la barda, me quedé montado allí. Todo el tiempo llevaba el palo en la mano, no fue algo difícil. Me acomodé y golpeé su puerta con un extremo del palo. Medí mi fuerza, los golpes fueron fuertes pero la puerta es muy resistente y no le hubiera hecho daño ni aunque quisiera.

Después de unos tres golpes le bajó súbitamente el volumen a su música para ver qué ocurría. Esperé unos 3 segundos por si iba a salir a dar la cara pero como no lo hizo (tal como pensé), solo exploté:

—¡¡ Bájale a tu pinche música. Qué no entiendes que chinga la madre !!

*Otro golpe con fuerza*

—¡¡ Bájale a tu pinche música !!

Solo respondió —¿PERDÓN? —con ese tono de indignación que ya se estarán imaginando.

Me bajé y entré a la casa nuevamente, pero dejé abierta mi puerta como mensaje de que aún estaba muy pendiente de lo que hicieran. Tengo tela mosquitera, y esa sí la cerré.

Anoté también la hora (Ctrl + Shift + F5 en Notepad2):

10:39 p.m. viernes, 04 de enero de 2013

Volvió a poner su música pero con un volumen muy bajo. Unos minutos después lo subió un poco más pero nada comparado a lo de hace un rato, aunque aún se seguía oyendo en mi casa, pero el nivel ya era tolerable. Más de media hora después (mientras comenzaba a escribir todo esto) ha apagado su música y, dado que oigo el sonido del chat del feisbuk, INTUYO que está platicando con su marido de esto.

Aclaro nuevamente que lo de la ventana no fue un impulso de violencia bruta, claro que calculé la fuerza, pero el palo aunque era firme, no podía con la sección de vidrio de la puerta; era tan sólido que pude aplicar 2 o 3 veces más fuerza y hubiera seguido igual de intacto que esta vez.

Nota para quien esté teniendo un problema similar de ruido con los vecinos: hice eso porque ya varias veces mi mamá ha hablado por las buenas con esos vecinos (y yo una vez como lo relato en Un día enfermo). Eso en gran parte me orilló a ir directamente "por las malas".

En estos mismos instantes ya no tiene su música, solo oigo algunos sonidos de lo que está viendo mi mamá en la tele y unos sonidos de la casa de al lado. Estoy disfrutando de esa paz llena de cicatrices que solo se consigue luchando por lo que desde un principio merecías.


Imagen: nettiesramblings.blogspot.com