lunes, 29 de agosto de 2005

Hoy Lunes (Parte V)

Bueno, nos robaron algo de receso en el homenaje, todo bien, pasé el receso y casi el todo el resto del día en la escuela angustiado por esa preocupación. No tuvimos inglés: qué bueno. Álgebra fue divertida (tenemos un buen maestro, aunque con tendencias polacas). Luego vino CTSyV. Chido man.

Al salir de CTSyV iba con la Administración en prioridad A en mi mente. Fui a hablar con el director pero me pasaron con el Sub que me explicó que debido al sistema propedéutico que lleva la escuela, en el primer semestre vamos a llevar las mismas materias y que en el segundo ya me podía integrar a computación... ¡eso ya lo sé!, lo que me preocupa es mi vida social, que ya comenté. Le habló a una tal Shunaci que me mandó con la tan temida Licenciada Silvia que me repitió lo mismo de hace rato.

"Al A" me dijo a las 7:35 de la mañana. "Al A" me dijo el Sub. "Al A" me volvió a repetir Silvia.

Ya estaba yo resignado cuente y cuenta sin parar mi caso con quien pasaba. Salí con mi madre que había vuelto de mi secundaria por un problema con los certificados a una junta que no pudo alcanzar. Nos disponíamos a venir en taxi cuando acordamos venir a dar al último golpe con el director.

Le contamos brevemente mi caso y me explicó algo que nadie me había explicado: "Es el primer semestre, todos llevan las mismas materias y puedes integrarte en el segundo semestre. ¡Al A! Bueno, mucho gusto, señora, mucho gusto jóven". Le estreché la mano al tiempo que le decía:

-Ah, yo decía para que se me respete mi lugar -y luego un arma que usé anteriormente pero que no me funcionó:- y como también soy jefe de grupo...

El director me clavó los ojos y se sentó de nuevo: "¿Jefe de Grupo? Uy..." Es el primero que pareció tomarse en serio mi cargo, ya ni yo.

Se sentó y le dijo a la Licenciada Silvia, que había mandado a llamar hace un par de pares de minutos y le preguntó que si no me podían integrar, ella le dijo lo del cupo de 50 alumnos y el director entonó un canto élfico:

-A ver, Silvia, olvídate del programa: ¿qué pasa si lo anotamos en las listas? -Era lo que yo me preguntaba desde las siete de la mañana-, ¿qué ocurre si hacemos eso?

-Pues -respondió la Lic- quedaría en 51.

Y el Director dijo muy gallardamente las palabras mágicas.

-Póngalo.

Desde las siete de la mañana que fuimos y todo el tiempo que estuvimos hablando con personal les puse una cara como la de mi perrito Rey, y cuando el director dijo eso yo me sentía aliviado, ya quería largarme de la escuela, tenía sueño, calor y cansancio. Pero reí como al mendigo que recibe un céntimo para su bebida de la noche, reí como el loco que no sabe de qué se ríe, reí para que vieran que reía.

Ahora si nos despedimos quedando yo en el E y terminando mi pesadilla.

Mañana le voy a entregar la lista de formas que recolecté y la cuál, por mi idiotez, no se la di en el presiso instante. Para mañana ya será algo tarde, pero pienso entregársela antes de entrar a la primera hora.

Contuniará...

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